Comenzar a fumar joven conlleva un mayor riesgo de introducirse en el consumo de drogas ilegales.

Los jóvenes que comienzan a fumar antes tienen un mayor riesgo de comenzar antes a consumir cannabis, según un estudio realizado por investigadores finlandeses, que ha confirmado también que problemas de conducta, como la impulsividad, incrementan las probabilidades de fumar tabaco y así también las opciones de consumir cannabis.

Este estudio se basa en los datos recogidos por el ‘Estudio FinnTwin12’, que analizó a una cohorte de niños finlandeses y americanos desde el nacimiento, en 1994, para examinar los determinantes genéticos y medioambientales como precursores de conductas relacionadas con el ámbito de la salud. El proyecto recogió datos de cuestionarios y entrevistas realizadas a gemelos con 12, 14 y 17 años de edad, además de recabar información de sus padres y profesores.

Cuando los adolescentes cumplen los 17 años, un 15 por ciento de las chicas y un 12 por ciento de los chicos que participaron en este estudio habían probado ya el cannabis u otras sustancias ilegales al menos una vez.

En uno de los estudios de este proyecto, los investigadores examinaron factores individuales, familiares o del entorno de amistades como predictivos del inicio del uso de drogas a los 17 años.

Los predictores de consumo de drogas identificados fueron ser mujer, ser consumidores de alcohol en forma de ‘binge drinking’, que los padres practicaran esta forma de consumir grandes cantidades de alcohol en poco tiempo, tener amigos fumadores o conocidos que han tomado drogas y la conducta agresiva en los chicos.

UNAS 26 VECES MÁS PROPENSOS A TOMAR OTRAS DROGAS

Comenzar a fumar temprano se mostró como un predictor especialmente poderoso. Comparados con los adolescentes que nunca habían fumado, aquellos que habían comenzado a consumir tabaco a los 12 años o antes eran 26 veces más propensos a comenzar a tomar drogas a los 17 años de edad.

Según el profesor Tellervo Korhonen, uno de los autores de este estudio, “estos descubrimientos respaldan la hipótesis que defendía que el uso de sustancias legales, como el tabaco o el alcohol, eran el trampolín hacia el abuso de sustancias ilegales”.

“Esta teoría ha sido muy criticada en los últimos años. Muchos expertos han dicho que ciertos factores comunes podrían explicar tanto el tabaquismo como el abuso de otras drogas, factores como los problemas de conducta o la influencia genética. Por ese motivo quisimos profundizar más en estos aspectos”, ha dicho.

Por este motivo, el segundo subestudio comparó dos modelos alternativos: el primero proponía una asociación causal entre el tabaquismo temprano y el subsecuente inicio en el abuso de otras sustancias, mientras que el segundo modelo proponía que tanto el tabaquismo como el resto de adicciones eran fruto de las mismas vulnerabilidades genéticas y ambientales.

El primero modelo, donde el tabaquismo temprano afectó al resto de adicciones, casaba mejor con los datos. Sin embargo, los investigadores no pudieron descartar el papel de los factores genéticos comunes tampoco. Una conclusión similar alcanzó un estudio basado en los datos de Estados Unidos, publicado poco después de esta investigación.

EL RIESGO DE LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA

El tercer subestudio analizó las asociaciones entre los problemas de comportamiento, el tabaquismo temprano y el abuso de otras sustancias. El resultado sugiere que conductas como la hiperactividad, la impulsividad o la agresividad son factores que predicen el inicio temprano en el consumo de tabaco, que a su vez es u n fuerte factor de riesgo para el abuso del alcohol. En la mayoría de los modelos analizados, la asociación de los problemas de conducta con el abuso de sustancias eran mediados a través del tabaquismo temprano.

Según Korhonen, “esto puede ser interpretado como que las tendencias impulsivas generan un aumento del riesgo de experimentar con diferentes problemas de conducta. Si los jóvenes tienen acceso al tabaco, es muy probable que lo prueben muy temprano, lo que después puede llevarles a experimentar con otras sustancias psicoactivas, como el cannabis”.

Este estudio es parte de un proyecto de investigación mayor que dirige el profesor Jaakko Kaprio, titulado ‘Predictors, neuropsychological correlates and consequences of cannabis and alcohol use among Finnish young adults. A twin and population approach’, financiado por el Programa de Investigación en el Uso de Sustancias y Adicciones de la Academia de Finlandia.

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