El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) resaltó que las piscinas de desechos nucleares de la central japonesa de Fukushima tienen “comprometida” la capacidad de enfriar el combustible usado, debido a los daños del terremoto y posterior “tsunami” del pasado 11 de marzo.
Poco después de mostrar su preocupación por la situación de las piscinas, el OIEA publicó un detalle sobre su estado y recordó que “el combustible usado y retirado de un reactor nuclear es altamente radiactivo y genera un calor intenso”, por lo que “requiere de una refrigeración activa durante un período de entre uno y tres años”.
Para ello, se coloca “en piscinas que lo enfrían, protegen (al entorno) de la radiactividad, y mantienen las barras de combustible en una posición apropiada para evitar reacciones de fisión”.
Si se corta la refrigeración, como ocurrió tras el tsunami, “el agua puede hervir y las barras de combustible pueden quedar expuestas al aire, lo que posiblemente causa serios daños y una fuerte liberación de radiación”, dice el organismo de la ONU.
En las plantas nucleares de generación de electricidad, el combustible irradiado debe reponerse cada tanto, y sustituirse por combustible fresco, mientras que el gastado es colocado en la citada piscina hasta que se haya enfriado lo suficiente para ser trasladado a un depósito por largo tiempo.
“La preocupación sobre las piscinas de combustible usado en Fukushima Daiichi es que la capacidad de enfriarlas ha quedado comprometida”, afirma el OIEA.
“La elevada radiación medida en el lugar puede ser parcialmente resultado de un combustible usado no cubierto o recalentado”, añade.
En un sumario sobre las condiciones de esos desechos radiactivos en la central Fukushima Daiichi, basado en documentos oficiales de Japón, el organismo señala que en la unidad 1 (reactor 1), donde el 12 de marzo se registró una explosión que destrozó el edificio de contención, “no hay información precisa accesible” al respecto.
Sobre la piscina del reactor 2 tampoco fue posible obtener información antes del 20 de marzo, pero a partir de esa fecha hubo mediciones de la temperatura del agua, que fue de 49 grados centígrados a las 23.00 GMT del día 20, de 50 grados a las 05.25 GMT del 21, de 51 grados a las 21.20 GMT del mismo día, de 53 grados a las 02.20 GMT del día 22, y de 50 grados a las 06.30 GMT de hoy.
En el reactor 3 hubo una explosión el 14 de marzo que destruyó parte del edificio de contención, y que pudo haber dañado la vasija primaria de contención y la piscina de combustible usado.
Preocupadas por la posible pérdida de agua en dicha piscina, las autoridades ordenaron rociar miles de toneladas de agua sobre el edificio, primero con helicópteros y luego desde camiones de bomberos y otros vehículos.
El reactor 4 fue parado el 30 de noviembre de 2010 para trabajos habituales de mantenimiento y todo el combustible fue transferido a la piscina de combustible usado, ya antes del terremoto.
“Por lo tanto, la carga de calor en esta piscina es mayor que en las demás”, explica el OIEA.
El 14 de marzo, el edificio de contención sufrió serios destrozos, causa posible de una reducción del enfriamiento en la piscina de combustible usado. Como medida de emergencia se ha venido rociando con agua el edifico desde el 20 de marzo.
Respecto a las unidades 5 y 6, la preocupación es menos acuciante, pues los técnicos japoneses lograron poner en funcionamiento motores de diesel que suministran electricidad al sistema de refrigeración y renovación de agua fresca.
Además de esas piscinas en los edificios de los reactores, hay otra instalación, llamada “Piscina de Combustible Gastado de Uso Común”, donde se almacena el combustible usado al menos durante 18 meses, después de haber sido enfriado en el edificio del reactor.
La temperatura de ese combustible es más baja que la guardada en los reactores, y el 20 de marzo las autoridades japonesas informaron que la temperatura era de 57 grados.
“Al día siguiente, se roció agua sobre esa piscina durante unas cinco horas, y la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial informó de que la temperatura había aumentado a 61 grados el 21 de marzo, a las 07.30 GMT”, comunicó el OIEA.