Las partículas, llamadas micropartículas endoteliales (EMPs) se desprenden durante el proceso de la enfermedad a medida que los pequeños vasos sanguíneos en los pulmones, llamados capilares pulmonares, se dañan y mueren.
Según explica Ronald Crystal, responsable del trabajo, “este estudio confirmó que los niveles de EMPs están elevados en las muestras de sangre de los fumadores, algo que concuerda con la idea de que el enfisema se asocia, en parte, con la muerte de las células que cubren los capilares pulmonares y sugiere que el desarrollo inicial del enfisema podría controlarse con pruebas sanguíneas que midieran los niveles de EMPs”.
Los investigadores utilizaron dos pruebas pulmonares: la espirometría, que mide la cantidad y velocidad a la que un paciente exhala; y una prueba pulmonar de difusión que mide la capacidad de los pulmones para transferir monóxido de carbono (DLCO). Los pacientes con enfisema inicial suelen tener niveles normales de inhalación y exhalación pero muestran un bajo DLCO.
En su estudio, los investigadores evaluaron los niveles de EMPs circulantes en una población de pacientes inicial de 92 sujetos, incluyendo a no fumadores sanos, fumadores sanos y con síntomas con un funcionamiento pulmonar normal y fumadores sanos con una espirometría normal pero un bajo DLCO.
Dado que se sabe que el tabaquismo afecta a los vasos sanguíneos en muchas áreas del cuerpo, los EMPs se evaluaron en relación a una enzima específica que se da principalmente en los vasos pulmonares. Para confirmar sus descubrimientos, se repitió la evaluación en dos grupos que incluían un grupo de 92 pacientes similar a la población inicial de pacientes y un grupo de 15 pacientes con VIH.
Al evaluar sus resultados, los investigadores descubrieron que tanto los fumadores sintomáticos como los sanos con una espirometría normal y DLCO normal tenían aumentos leves en los niveles de EMP en comparación con los no fumadores sanos y no existía diferencias en los niveles de EMP entre los fumadores sanos y los sintomáticos. En contraste, los fumadores sanos con una espirometría normal pero un bajo DLCO tenían un aumento significativo en los niveles de EMP.
Crystal destaca que los resultados sugieren que las contribuciones al desarrollo del enfisema basadas en la vasculatura podrían contribuir al desarrollo inicial de la enfermedad y podrían identificar un punto en el tiempo en el que la intervención con la terapia para dejar de fumar podría prevenir la irreversible destrucción pulmonar asociada con el desarrollo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Los autores creen que una prueba sanguínea para controlar los niveles de EMPs podría ofrecer una alternativa a la tomografía computerizada de alta resolución, que se utiliza en la actualidad para identificar el enfisema en sus fases iniciales, con diversos grados de éxito.
“La evaluación de los niveles de EMP podría proporcionar un método precoz y barato para identificar evidencias iniciales de enfisema, sin la exposición a la radiación asociada con los escáneres de tomografía computerizada toráxicos. Los niveles elevados de EMP podrían ser un marcador biológico útil para identificar a los fumadores con enfisema inicial en una fase en la que la intervención podría evitar una mayor destrucción pulmonar permanente”, concluye Crystal.