Un temblor de 4,6 grados en la escala de Richter ha sacudido el martes el área de Christchurch, la principal ciudad de la Isla Sur de Nueva Zelanda y donde otro sismo de mayor magnitud causó la muerte de 155 personas la semana pasada.
El servicio geológico neozelandés situó el epicentro del movimiento telúrico a 5 kilómetros de profundidad y a 10 kilómetros al sur de Christchurch, una población de cerca de 400.000 habitantes.
Las autoridades no han informado que se hayan producido víctimas o daños de consideración.
El país se ha visto sacudido por otros ochos movimiento telúricos el martes, el mayor de ellos fue este último y el menor se quedó en 3,1 grados, está vez a 10 kilómetros al este de Christchurch y también a 5 kilómetros de profundidad.
En algún caso, numerosas personas abandonaron sus casas y salieron a la calle por temor a que se produjese otra catástrofe.
Los neozelandeses guardaron el martes dos minutos de silencio en memoria de las 155 víctimas del terremoto 6,3 grados de hace una semana en Christchurch, cuando las autoridades prevén que la cifra final llegue a 240 por la cantidad de personas que siguen desaparecidas.
A las 12.51 hora local (23.51 GMT del lunes), las banderas ondearon a media asta y la población abarrotó los centros religiosos
En la “zona cero”, las autoridades revisaron la cifra de las víctimas mortales y la dejaron en 155.
El director del servicio forense, Neil Maclean, comunicó en rueda de prensa que habían identificado hasta la fecha 16 cadáveres e informaron a sus familiares, según la cadena de televisión TVNZ.
Maclean añadió que la Policía revelará la identidad de otros doce muertos el miércoles.
Las autoridades neozelandesas no han informado de momento de extranjeros entre las víctimas, aunque han dicho que creen que habrá ciudadanos de una veintena de naciones.
Los equipos de rescate han descartado la posibilidad de encontrar supervivientes pasadas tantas jornadas.
Por su parte, el primer ministro neozelandés, John Key, se comprometió a reconstruir la ciudad y a crear una comisión de investigación para esclarecer el motivo por el que tantos edificios cayeron como castillos de naipes en un área de conocida actividad sísmica.
“Tenemos que dar respuestas al pueblo y aprender lecciones de esta experiencia (…) quizás fuera una acción natural, pero se lo debemos a la gente”, indicó Key.
La economía tardará varios meses en recuperarse por la cuantía de los gastos en indemnizaciones y reconstrucción.
El ministro neozelandés de Finanzas, Bill English, adelantó que el Producto Interior Bruto no crecerá hasta al menos el mes de junio, y algunos expertos han advertido de que la factura por el sismo alcanzará 12.000 millones de dólares.
Nueva Zelanda se asienta en la falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía y registra cerca de 14.000 terremotos cada año, de los que 100 y 150 tienen la suficiente fuerza cómo para ser percibidos.