Radiación en alimentos, la nueva emergencia en Japón.

Experto del Instituto Francés de Radioprotección y Seguridad Nuclear explicó qué tan peligroso sería consumir alimentos radioactivos.

Los riesgos y la duración de la contaminación radiactiva de los alimentos luego del accidente en la central nuclear japonesa de Fukushima crean numerosos interrogantes que fueron contestados por Didier Champion, del Instituto Francés de Radioprotección y Seguridad Nuclear.

¿Cuáles son los niveles de contaminación de alimentos registrados en Japón?

En una muestra de leche y seis muestras de espinacas producidos a poca distancia de la central nuclear de Fukushima, los niveles de radiactividad son superiores al límite legal, sin ser peligrosos para la salud, según las autoridades niponas.

La dosis de radiaciones recibidas por una persona que beba esa leche y que coma esas espinacas contaminadas durante un año correspondería a la de un solo scanner médico, precisaron esas autoridades. Según el órgano involucrado, un scanner corresponde a una dosis comprendida generalmente entre 10 y 20 milisieverts.

También se encontraron rastros de yodo radiactivo y de cesio en el agua del grifo en Tokio y sus alrededores, con hasta 77 becquereles de yodo radiactivo por litro de agua y 1,6 bq de cesio por litro (el máximo legal en Japón es de 200 bq/litro).

En una ciudad a 45 km de la central de Fukushima, el contenido de yodo 131 en el agua del grifo superó el jueves, con 308 bq/litro, el máximo autorizado en Japón (300 bq/litro).

¿Existe un peligro para el agua de los biberones? ¿Cuáles son las normas que se aplican a los alimentos para niños?

En Europa (reglamento Euratom), los máximos admisibles de contaminación por yodo radiactivo son de 150 bq/kilo en los alimentos para bebés, y de 500 bq/litro para los productos lácteos. Si la contaminación se debe al cesio, los máximos fueron fijados en 400 bq/kilo en el caso de los alimentos para bebés y en 400 bq/litro para en los productos lácteos.

¿Qué sucede en el organismo cuando se ingiere un producto radiactivo?

Las partículas radiactivas ingeridas pueden irradiar al organismo desde el interior durante algunas semanas (yodo 131) o hasta dos años (cesio 137). El yodo 131 pierde la mitad de su radiactividad cada ocho días. En cuanto al cesio 137, es cada 30 años. Pero el organismo se libera de ellos más rápidamente eliminándolos en la orina y las materias fecales.

El yodo 131 puede fijarse sobre todo en la glándula tiroides en lugar del yodo estable, lo que presenta fundamentalmente un riesgo para los niños. Los comprimidos que saturan la tiroides de yodo estable impiden que el yodo radiactivo se fije en ella. Las autoridades sanitarias tienen la responsabilidad de recomendar que se tomen esas pastillas en caso de peligro confirmado.

¿Cuáles son los efectos de la radiactividad? ¿El cuerpo puede protegerse de ella?

La energía de una radiación ionizante puede causar daños en el ADN de las células del organismo. Si las lesiones no son demasiado importantes, ese ADN puede ser reparado y la célula engendrará entonces células hijas normales. Pero una reparación defectuosa puede facilitar la aparición de un cáncer mucho más tarde. Una célula cuyo ADN ha sufrido demasiados daños puede desencadenar su autodestrucción.

Cuando no hay contaminación, el cuerpo humano contiene elementos radiactivos naturales (potasio 40 y carbono 14). Hay aproximadamente 17 miligramos de potasio 40 en el cuerpo de un hombre de 70 kilos, lo que le confiere una radiactividad total de algunos miles de becquereles.

Las fuertes dosis de radiación que superan un sievert provocan efectos inmediatos (vómitos, náuseas). Son aleatorios en dosis pequeñas, con un aumento del riesgo de cáncer si se superan los 100 milisieverts.

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