Paradero de Gadaffi, desconocido.

Versiones extraoficiales hablan de la salida del líder libio. Hijo dice que no permitirán más caos.

Seif el Islam, hijo de Muamar el Gadafi, afirmó durante un discurso transmitido en vivo por la cadena estatal de televisión libianesa, que el país se encuentra “en una situación muy difícil” y en peligro de una “guerra civil”. Sin embargo, advirtió que “no permitirán el caos” y que el Ejército “permanece y permanecerá fiel” a su padre y al régimen.

Seif el Islam, considerado hasta ahora el más probable sucesor de Gadafi, anunció “nuevas leyes y un debate nacional sobre una nueva Constitución que se puede abrir a partir de mañana (lunes) si estamos de acuerdo”.

Intensos tiroteos se escuchan en Trípoli, capital de Libia

“Oímos ráfagas de tiros por todas partes, que se acercaban al centro de la ciudad”, dijo un habitante del barrio residencial Al Andalus, uno de los testigos contactados vía telefónica por la agencia AFP.

Otra persona también dijo haber oído tiros en el barrio de Mizran, no muy lejos de la Plaza Verde, en el corazón de Trípoli.

Un poco antes las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes contra el régimen en el barrio popular de Gurgi, indicó un habitante del sector. “Hay manifestaciones. Se oyen consignas contra el régimen y tiros. El gas lacrimógeno invadió la casa”, dijo sin querer identificarse.

Horas antes, miles de libios volvieron a desafiar al régimen del coronel Muammar Gaddafi pese a la feroz represión que se cobró por lo menos 173 vidas, mientras la monarquía de Bahréin seguía bajo fuerte presión popular para dialogar con la oposición y las protestas que barren la región llegaban a Marruecos.

173 muertos en Libia

En Libia hubo nuevos enfrentamientos en Benghazi, la segunda ciudad del país (1.100 km al este de Trípoli), uno de los focos de la rebelión contra Muammar Gadafi, quien gobierna este país petrolero de Africa del norte desde hace 42 años.

Según fuentes médicas citadas por Human Rights Watch (HRW), la represión de la rebelión que estalló el martes pasado deja hasta el momento por lo menos 173 muertos en Banghazi y otras tres localidades de la misma zona.

“Es un balance incompleto y también hay un gran número de heridos. Según fuentes médicas en Libia, las heridas indican que se están usando armas pesadas contra los manifestantes”, dijo a la agencia AFP Tom Porteous, portavoz de la ONG con sede en Nueva York.

Testigos denunciaron que las fuerzas de seguridad libias contrataron a “mercenarios africanos” que disparan “indiscriminadamente” contra la multitud.

El régimen libio, adversario acérrimo de Occidente, acusó a la Unión Europea (UE) de “alentar” las protestas y amenazó con “suspender la cooperación” en la lucha contra la inmigración ilegal, informó el domingo la presidencia húngara de la UE.

La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, exhortó sin embargo poco después a “poner fin a la violencia” en Libia.

Protestas en Bahréin regresan a la plaza de Manama

En Bahréin, miles de manifestantes seguían ocupando la Plaza de la Perla de Manama, que volvieron a tomar el sábado, aunque se perfilaba el inicio de un diálogo entre la dinastía sunita de los Al Jalifa y la oposición de este país con población mayoritariamente chiita (otra rama del islam).

La oposición anunció que ve con prudencia el diálogo con el príncipe heredero, Salman ben Hamad Al Jalifa, sobre las reformas políticas, aunque sigue exigiendo la dimisión del gobierno, al que acusa de la violenta represión de las manifestaciones de la semana pasada.

La Unión General de los sindicatos de Bahréin levantó por su lado la convocatoria a una huelga general que debía iniciarse este domingo, por considerar que sus exigencias de retiro del ejército de la capital y de derecho a manifestar habían sido satisfechas.

La presión sobre los Al Jalifa vino también de Estados Unidos, que tiene en Bahréin la base de su V Flota, encargada de proteger las rutas petroleras del Golfo.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, urgió a las autoridades de esta petromonarquía a acometer reformas políticas y juzgó “inaceptable” el recurso a la fuerza para reprimir las protestas, como ocurrió el jueves pasado, cuando cuatro personas murieron en el desalojo de la Plaza de la Perla por el ejército.

La ola de protestas contra los regímenes autoritarios de países musulmanes del norte de Africa y de Medio Oriente se desencadenó el mes pasado con los levantamientos que derrocaron a los presidentes de Túnez, Zine El Abidine Ben Ali, y de Egipto, Hosni Mubarak. Desde entonces, tuvo fuertes repercusiones en Libia, Bahréin y Yemen, y este domingo se hizo sentir en Marruecos.

Manifestaciones llegaron a Marruecos

Entre 3.000 y 4.000 personas desfilaron en Rabat, al grito de “el pueblo quiere el cambio” y denunciando “la corrupción”. En Casablanca, la mayor ciudad del reino, unas 4.000 personas marcharon por “Libertad, Dignidad y Justicia” y grupos de izquierda reclamaron “menos poderes para la monarquía”.

El efecto dominó toca a Irán

La ola de contestación alentó también a la oposición iraní, que este domingo realizó concentraciones pese al fuerte despliegue de las fuerzas de seguridad del régimen islámico. Los sitios Kaleme y Sahamnews señalaron sin embargo que pequeños grupos de opositores consiguieron congregarse en varias plazas y avenidas del centro de la capital.

Otras protestas se señalaron en Isfahan. Las autoridades iraníes prohibieron a los medios extranjeros cubrir los actos de la oposición.

Túnez pide a Arabia Saudita la extradición de Ben Alí

Túnez pidió el domingo a Arabia Saudita la extradición de su ex presidente Ben Alí por su implicación en “crímenes graves” así como información sobre su estado de salud o de su “eventual fallecimiento”, dijo el ministerio de Relaciones Exteriores citado por la agencia oficial TAP.

Según el comunicado de la cancillería, “las autoridades tunecinas enviaron por vía diplomática una demanda oficial a las autoridades sauditas. Esta demanda (…) tiene por objeto extraditar al presidente derrocado” Zine el Abidine Ben Alí, que huyó a Arabia Saudita el 14 de enero bajo la presión de un movimiento de protesta sin precedentes en su país.

“Como consecuencia de una serie de acusaciones dirigidas contra el presidente derrocado, relacionadas con su implicación en varios crímenes graves que consisten en cometer e incitar al homicidio voluntario y a crear la discordia entre los ciudadanos de un mismo país y empujándolos a matarse entre ellos”, Túnez pidió su extradición, según el comunicado.

Yemen y Yibuti, un panorama similar

En Yemen, donde los choques entre opositores y partidarios del presidente Ali Abdalá Saleh, en el poder desde hace 32 años, y aliado de Estados Unidos en la lucha contra Al Qaida, se convirtieron el sábado en una batalla en la capital, Sana, Hassan Baum, principal figura de la oposición sudista, fue detenido el domingo en Adén, adonde llegó para participar en las manifestaciones.

Doce personas han perdido la vida en Yemen, de ellas 10 en Adén, desde principios de semana.

En Yibuti, tres importantes figuras de la oposición fueron detenidas el sábado, un día después de una manifestación sin precedentes contra el presidente Ismael Omar Guelleh que degeneró en violentos enfrentamientos, en los que se produjeron oficialmente dos muertos, un policía y un manifestante.

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