La hermosa Casa Cuba de Tampa está de fiesta. Por estos días en muchísimo ajetreo, puesto que el próximo domingo 28 del presente mes, estarán celebrando 25 años desde su fundación. Muchas han sido los retos y desafíos que la Casa ha tenido que afrontar sin dudas, por eso Mi Ciudad Tampa, se llegó hasta el recinto ubicado en la 2506 W Curtis Street, en el corazón de la emblemática West Tampa, donde confluyen tantos elementos culturales. Allí nos recibieron con muchísimo agrado y afabilidad tres de sus históricos y miembros. Son ellos, el Dr. Osberto Fernández, su primer presidente fundador, el actual presidente Oscar Rodríguez y la vivaracha y activísima Lidia. Con suma gentileza dispusieron en contestar nuestras interrogantes, haciendo énfasis tanto en lo que se ha hecho, como en lo mucho que aún queda por hacer. Nuestra primera pregunta, fue sobre los orígenes, específicamente cual fue la idea que motivó crear la Casa en junio de 1990. A lo cual el Dr. Osberto nos relató acerca de que se sintieron inspirados a raíz de la llamada Flotilla de la Libertad de ese año. “Dos cubanos de honra, Enrique Cotera y Luis Ribó, tuvieron la genial idea de crear una un lugar donde los cubanos pudiéramos reunirnos. En nuestra primera cita no teníamos ni muebles, en esa misma oportunidad me ofrecieron la oportunidad de presidir la reciente nacida Casa Cuba de Tampa”. Por su parte Lidia, recordó con precisión, que el primer sitio escogido fue un inmueble que se encontraba en la calle Kentucky, detrás del actual establecimiento “El Noa Noa”. Oscar, por último acotó sobre el planteamiento martiano de encontrar siempre un lugar para hablar y reunirnos en nombre de Cuba.
Nuestra siguiente pregunta fue sobre cuáles fueron los primeros objetivos de la Casa. Nuevamente el Dr. Osberto, apuntó que los objetivos primarios fueron “el derrocamiento de la dictadura de Fidel Castro, el restablecimiento en Cuba de los Derechos Humanos, la libertad inmediata de todos los presos políticos y la aprobación de una nueva Constitución”. Oscar nos amplió acerca de que incluso se contemplaba la lucha armada y por eso fueron establecidos contactos con otras organizaciones del exilio, como fueron los casos del Comando F4, el Movimiento Insurreccional Martiano y el Alpha 66. La Casa se comprometió con la entrega de comidas y recaudación de recursos financieros.
Nuestros interlocutores nos recalcaron que ante la continuidad de los mismos males que dispusieron la creación de la Casa, estos objetivos se sostienen. Solo que actualmente se utilizan otros métodos. La Casa está comprometida con la disidencia en la Isla, a la cual sostiene en todo lo posible. Oscar menciona que se apoyado a la difusión del proyecto liberador “La Patria es de Todos”. La Casa incluso se dirigió a Washington a protestar contra la dictadura. Oscar rememora un hecho que por poco le cuesta la libertad. Después del cruel fusilamiento de los tres jóvenes cubanos en el 2003, la Casa protagonizaría una protesta, donde tres ataúdes fueron dispuestos sobre la Dale Mabry.
De igual manera, Oscar expresa que la Casa nunca ha temido el contraataque de los enemigos. Nunca se le ha negado la entrada a nadie. En varias oportunidades elementos afines al gobierno han intentado por medio de las intrigas de socavar la integridad. En cierta oportunidad un individuo llamo a varios miembros de la Casa para iniciar una protesta frente a la policía en altas horas de la noche. El propósito era llevar a la institución a la desobediencia y terminar algunos de sus miembros. Por fortuna la perspicacia de los líderes impidió semejante acto.
Sobre mi interrogante acerca de cuál era el futuro de la Casa y como atraerían más jóvenes. Hasta el año 2000 muchos jóvenes cubanos se afiliaban a la Casa. Actualmente esa cifra ha disminuido y muchos no se quedan por largo tiempo. Osberto observó que en los últimos anos los inmigrantes cubanos están llegando con muchas confusiones acerca de la libertad, producto del lavado de cerebro del cual son víctimas de la tiranía. Oscar apunta que un objetivo para apoyar a esta nueva generación de cubanos es auxiliarlos sobre el conocimiento de sus derechos elementales, usando para ellos los focos de disidencia interna en la Isla.
Acerca de la política doméstica, Oscar puntualiza que la Casa no es un foco del bipartidismo norteamericano. Tanto los candidatos demócratas como republicanos han sido recibidos y aceptados con respeto. Osberto agrega que individualmente “apoyamos, al que nos apoya, no podemos apoyar a los que ayuden al régimen que ha estado 56 años dando látigos en las espaldas de los cubanos”. Con los disidentes dentro de Cuba no existen favoritismos, y la Casa sostiene a aquellos que más se arriesgan por una Cuba Libre. Osberto menciona a Bisset, Antúnez, Fariñas, Navarro, entre otros. Se reconocen que algunos no parecen transparentes en su modo de actuar, pero la Casa ha establecido ser prudente en este sentido y no hacer acusaciones sin pruebas.
Para los miembros de la Casa no ha habido ningún cambio dentro de la Isla. Para ello la respuesta ágil de Lidia fue “¿Cuáles cambios?” para ellos los cambios son solo mascaras. La existencia de pequeñas propiedades mercantiles conocidas como “paladares” no son sino una falacia, al final como dijera Oscar, “todo es el del gobierno”.
Por último, mi inquietud sobre la alianza y causa común con el movimiento de resistencia cívico de los venezolanos liderados por Norma Camero Reno. Oscar dejó claro que la Casa está comprometida con la lucha anticomunista a nivel mundial y los “venezolanos son nuestros hermanos y por eso hemos cerrado filas a su lado, porque la causa de Venezuela es la misma que la de Cuba, aunque muy bien que le advertimos sobre lo que iba a pasar”.