México, 11 Ene.- David Bowie fue el gran iconoclasta que marcó la historia del rock, su muerte es irreparable, afirmó el experto en música, Francisco Zamudio.
“Bowie fue un iconoclasta en toda la extensión de la palabra, un artista que se mantuvo abierto a los cambios, experimentó y anduvo de arriba para abajo buscado lo nuevo, incluso, lo plasmó en su fisonomía como cuando salió maquillado de mujer”, opinó.
Para el editor de TxArt.me, Sistema de Medición de Rock Mexicano, David Bowie fue un transgresor, cuya huella será perenne, no sólo en la historia del rock, sino de la música popular.
David Robert Jones, su nombre real, nació el 8 de enero de 1947 en Londres, Inglaterra y falleció el 10 de enero de este año a los 69 años, víctima de cáncer. Fue músico, compositor, actor, productor discográfico y arreglista.
De acuerdo con Francisco Zamudio, una de sus máximas aportaciones a la música fue sembrar las semillas del glam rock, de la parafernalia escénica, del toque andrógino que le imprimió a éste, que desde su nacimiento fue considerado un género de hombres. Bowie fue un ejemplo de que todos tenemos un lado positivo y otro negativo, uno femenino y otro masculino.
Con su muerte, dijo, se va un héroe, “se va uno de los grandes constructores del rock como se le conoce hoy en día, y espero que las nuevas generaciones lo tomen como ejemplo y hagan algo revolucionario como él lo hizo en su época”.
El colaborador de revistas como Conecte, Switch, Plaboy México y Marvin, entre otras, consideró que el máximo homenaje póstumo que se le podría rendir a quien según la revista Rolling Stone fue uno de los 100 artistas de rock más importantes de todos los tiempos y uno de los mejores cantantes, es escuchar todos sus temas.
“Hay que tratar de absorber todo su legado y recomponerlo. Su canciones se deben mantener en la mente y en el espíritu, pues dicen que nadie muere en su totalidad mientras se le siga recordando”.
Fue en 1997 cuando David Bowie ofreció su único concierto en México, en el Autódromo de los Hermanos Rodríguez, en el que promocionaba su álbum “Earthling”, y deleitó con clásicos como “Moonage daydream”, “Fame” y “Under pressure”, entre otros.
“No fue un éxito económico, pero quedó para la historia como la visita de alguien muy importante. En México no alcanzó gran notoriedad, como Elvis Presley, The Doors, Credence o The Beatles, pero tenía seguidores muy conocedores, como el escritor Javier Velasco”, concluyó. (Notimex)