Nueva York, 31 jul (EFE).- La Asociación de Tenis de EE.UU. (USTA, sus siglas en inglés) informó este viernes que sigue adelante con la organización tanto del US Open como del Masters de Cincinatti, que este año se celebrará también en el Flushing Meadows de Nueva York, tras anunciar la número uno Ashleigh Barty que no asistirá a ninguno de los dos por miedo a un contagio de coronavirus.
“La USTA continúa con sus planes de celebrar el US Open y el Western & Southern Open (Cincinnati). Nos seguimos sintiendo seguros de que nuestra prioridad principal, la salud y la seguridad de todos los implicados en los torneos, sigue encaminada”, señala un comunicado enviado a la prensa.
La organización dice estar trabajando con un grupo de expertos médicos y otro de seguridad que han desarrollado un “potente” plan para mitigar los riesgos de infección tanto en el lugar en el que se celebrarán los campeonatos, el Centro de Tenis Nacional Billie Jean King, como en los hoteles en los que se hospedarán los jugadores.
“El estado de Nueva York sigue siendo uno de los lugares más seguros del país en relación al virus COVID-19”, subrayó la USTA, puesto que aunque la región inicialmente fue el epicentro de la enfermedad en EE.UU., en la actualidad es una de las zonas donde menos infecciones se registran.
La USTA aseguró además que publicará sus medidas concretas de seguridad y salud en una fecha más cercana al evento deportivo, que comenzará con el Masters de Cincinnati el próximo 20 de agosto y continuará con el US Open el 31 de agosto, y recordó que en todos los aspectos ha trabajado en colaboración con la asociación tanto masculina como femenina de tenistas profesionales, la ATP y la WTA respectivamente.
El anuncio se produce un día después de que la australiana Ashleigh Barty, la número 1 de la WTA, anunciara que no acudirá a Nueva York para participar en los torneos, y habló claramente de su miedo a una infección.
“Mi equipo y yo hemos decidido que no viajaremos a EE.UU. para el Western & Southern Open ni para el US Open este año”, dijo en un comunicado Barty, que el año pasado ganó el Roland Garros.
“Me encantan los dos eventos y fue una decisión muy difícil, pero implican riesgos significativos por la COVID-19 y no me encuentro cómoda poniéndome a mí y a mi equipo en esa posición”, agregó la tenista, que dijo que tomará una decisión sobre su asistencia al abierto francés, que se ha retrasado este año hasta finales de septiembre, en las próximas semanas.