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Una superluna teñirá de rojo la madrugada del lunes

París (AFP) – En su punto más cercano a la Tierra, la Luna, de gran tamaño y luminosa, se vestirá de rojo el lunes de madrugada en un eclipse total, un fenómeno magnífico que no volverá a suceder hasta 2033.

“Se dan todas las condiciones para que el eclipse sea espectacular”, asegura entusiasta Pascal Descamps, astrónomo del Observatorio de París.

El eclipse total de Luna se podrá observar durante más de una hora, de las 02H11 a las 03H23 GMT, desde las Américas hasta Oriente Medio.

La Luna no produce su propia luz, sino que la recibe del Sol. El lunes, el astro estará alineado con el Sol y la Tierra.

“Tendremos un eclipse total porque la sombra de la Tierra engullirá toda la Luna”, explicó a AFP Pascal Descamps. “El cono de sombra de la Tierra mide aproximadamente tres veces el tamaño aparente de nuestro satélite” –añade- por lo que podrá absorber la totalidad de la Luna. La Luna desaparecerá de nuestra vista, privada de los rayos solares y reaparecerá teñida de rojo, por eso se le llama “luna sangrante” o luna de sangre.

El rojo se lo debe a un fenómeno luminoso. Es por la refracción de los rayos solares que atraviesan la atmósfera, con la excepción de los rojos. Estos últimos sufrirán otro fenómeno: la atmósfera los desviará e iluminarán la superficie lunar.

“Es interesante porque el color de la Luna dependerá del estado de la atmósfera terrestre. Si está cargada de partículas, debido por ejemplo a la polución, los rayos rojos también serán refractados y no alcanzarán la Luna”, precisó el astrónomo. “Si el astro es rojo sangre, podremos estar tranquilos sobre el estado atmosférico de la Tierra. Si es muy sombrío, o casi invisible, es que es realmente catastrófico”.

– Sin peligro –

Como la Luna estará en su punto más próximo a nuestro planeta, lo que se conoce como el perigeo, será más grande de lo habitual y más brillante en el cielo. “Nos parecerá alrededor de un 14% más grande y un 30% más luminosa“, explica Sam Lindsay de la Real Sociedad Astronómica de Londres.

El fenómeno, conocido también como superluna, está relacionado con la órbita ligeramente elíptica de la Luna: este satélite gira alrededor de la Tierra, pero no lo hace en círculo sino formando una especie de óvalo, con lo que se aleja y se acerca constantemente a nuestro planeta.

La última combinación de un eclipse lunar y una superluna se remonta a 1982, según la Nasa, y la próxima no tendrá lugar antes de 2033. “Toda una generación no lo ha visto nunca”, afirma Noah Petro del proyecto Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la Nasa.

Los eclipses fueron durante mucho tiempo objeto de interpretaciones religiosas, mitológicas o simbólicas. “A lo largo de la historia, muchas culturas consideraron los eclipses como signos de tristeza y de desgracia”, recuerda a AFP Noah Petro.

Cristóbal Colón, que poseía un calendario de eclipses, se aprovechó de estas creencias para engatusar a los habitantes de Jamaica. Para conseguir más comida, amenazó a los indígenas con hacer desaparecer la Luna durante la noche del 29 de febrero de 1504. “Cuando los jamaicanos le pidieron que la hiciera reaparecer, les pidió más comida y la consiguió”, cuenta el científico.

Este fin de semana no hay nada que temer. Ni siquiera por nuestros ojos. Los eclipses lunares no suponen riesgo alguno, al contrario de los solares. “No es como mirar al Sol”, precisa Sam Lindsay de la Real Sociedad Astronómica de Londres. “Se pueden utilizar prismáticos, telescopios, todo lo que quiera”.

“Es un espectáculo para todo el mundo, es gratuito. Basta con sacar la cabeza fuera”, concluye Pascal Descamps.

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