Tras el cálido recibimiento en Cuba, el papa llega a unos Estados Unidos más fríos

Santiago de Cuba (Cuba) (AFP) – Esperado con optimismo por la mayoría de los estadounidenses pero con reservas por parte de una minoría que lo critica, el papa Francisco aterriza este martes por primera vez en Washington, proveniente del otrora enemigo de Estados Unidos, Cuba.

El papa culmina este martes su visita de 72 horas a la isla comunista, que tiene lugar en pleno período de acercamiento con Estados Unidos, gracias su propio papel como facilitador.

Es en Santiago de Cuba, gran puerto al este de la isla que vio nacer la revolución cubana y no lejos de la controvertida base estadounidense de Guantánamo, donde Francisco se despedirá de las autoridades y el pueblo cubanos, que lo acogieron los últimos cuatro días. El papa oficiará la última misa de su viaje en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, venerada patrona nacional, y donde en la noche del lunes rezó por el pueblo cubano.

A sus 78 años, el papa resistió en Cuba un intenso calor y un programa cargado de actividades, pleno de contacto directo con las masas.

Después de la misa en el santuario tiene previsto reunirse con familias cubanas en la catedral de Santiago, antes de bendecir la ciudad y partir desde el aeropuerto Antonio Maceo.

– Elogios y críticas –

Francisco debe llegar a Washington a bordo del avión de Alitalia que lo llevó de Roma a Cuba, a falta de conexiones aéreas directas entre Cuba y Estados Unidos.

En la base aérea de Andrews será recibido por el presidente estadounidense, Barack Obama, y su esposa Michelle, en una muestra de la importancia de la visita del jefe de la Iglesia Católica y de la simpatía del primer presidente negro de la historia de Estados Unidos, de confesión protestante, por quien es a menudo llamado “papa de los pobres”.

Los medios estadounidenses, con fuerte presencia en el avión papal, le han otorgado mucho espacio a la cobertura del viaje de este papa apoyado por aproximadamente el 66% de los estadounidenses. Pero su radicalismo social también le ha valido fuertes críticas entre los conservadores, los medios económicos liberales, desde Wall Street hasta el ultraconservador Tea Party, y en filas republicanas.

El hecho de que llegue proveniente de Cuba, donde evitó criticar fuertemente al presidente Raúl Castro, no hace más que irritar aún más a quienes consideran que este papa es un marxista disfrazado o un traidor a la fe católica, demasiado flexible con la doctrina.

– Fuerte seguridad –

Los temas que se espera aborde el primer papa latinoamericano en Estados Unidos, especialmente el jueves ante el Congreso y el viernes en las Naciones Unidas, son altamente explosivos.

El papa jesuita, conocido por su habilidad y su determinación, preparó cuidadosamente los discursos que pronunciará en Washington y Nueva York.
Entre los temas a tratar, mencionados en sus escritos, figuran la protección y recepción de los inmigrantes; la defensa del medio ambiente, con un firme alegato a favor de una revolución energética radical y una desaceleración económica; la crítica a la dictadura de la tecnología y las finanzas; y la denuncia de la responsabilidad de los vendedores de armas y las grandes potencias en la “tercera guerra mundial por fragmentos” que denuncia sin cesar.

Su visita tendrá lugar bajo fuertes medidas de seguridad, con la policía estadounidense preocupada por las dificultades de proteger a un papa que suele desplazarse en vehículos abiertos para estar en contacto con los fieles y cuya visita coincide con el momento en el que Nueva York recibe a 170 líderes mundiales para participar de la asamblea general de la ONU.

En su agenda están previstos encuentros con los más desfavorecidos de la sociedad estadounidense, entre los cuales inmigrantes, sin techo o presos. También presidirá una ceremonia interreligiosa en el sitio del World Trade Center, contra el terrorismo y a favor del respeto entre las religiones.

En Filadelfia presidirá el sábado y domingo el fin de un encuentro mundial de familias católicas, donde se espera la asistencia de un millón y medio de fieles. Cuando fueron puestos en línea los 10.000 tickets para asistir a la misa, desaparecieron en 30 segundos.

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