Caracas (AFP) – A diario, en el grupo de mensajería instantánea bautizado “SOS Pañales”, una veintena de caraqueñas embarazadas o recién estrenadas como madres se alertan sobre dónde conseguir pañales, medicamentos pediátricos y artículos de higiene infantil en una Venezuela agobiada por la escasez.
“Ya tengo todos los pañales que necesitaré. En el grupo SOS Pañales subieron un recuadro para calcular cuántos se necesitan por etapa”, explicó a la AFP Mónica Arias, de 36 años de edad y con 32 semanas de embarazo de su primer hijo.
La escasez de alimentos y productos diversos, mal crónico en Venezuela desde hace años, se agudiza en los últimos meses y los pañales son de los bienes más preciados y el motivo para que incluso desde la madrugada se formen interminables filas ante el rumor de que llegarán a tal o cual establecimiento.
Arias tiene en casa un ‘almacén’ con pañales de todos los tamaños y marcas amontonados en medio de paquetes de toallas desechables y una caja con medicamentos pediátricos.
“En casa de mi mamá hay más pañales”, explica Arias, quien espera tener abundante leche para amamantar y no batallar con fórmulas lácteas, tan escasas como la leche en general.
Una pintada en un muro de Caracas ironiza con una imagen de un bebé que en vez de beber de un biberón lo hace de una pistola, y lleva la leyenda “no hay leche, hay balas”, en referencia a que Venezuela es, según la ONU, el segundo país más violento del mundo.
– De ropa y juguetes a café y aceite –
Yessica, de 20 años de edad y con cinco meses de embarazo, busca protegerse del intenso sol de mediodía bajo la sombrilla de un vecino en una “cola” de más de un kilómetro, que degeneró en un tumulto, en un supermercado de Caracas.
“Llegué como a las 07H00 para hacer la cola de los pañales y apenas conseguí porque se acabaron. Ahora es para el detergente y luego dicen que sacarán queso (de precio controlado)”, comenta.
La escasez en el interior del país es todavía más aguda y, según medios locales, en Táchira (este) es necesario presentar la partida de nacimiento del bebé para comprar pañales y fórmulas lácteas.
Los “baby shower” también han cambiado de tónica, explica Arias. Antes a la madre le regalaban juguetes, ropa o artículos para el bebé, incluidos pañales, y golosinas. Ahora regalan alimentos, de cualquier tipo.
“Yo me gané esto”, dice Arias al mostrar un paquete de café y una botella de aceite, artículos difíciles de conseguir en tiempos de escasez.
– Parir en el extranjero –
El sistema de salud también se encuentra en alerta ante la falta de medicamentos e insumos, y entre las embarazadas siempre está latente la preocupación sobre si habrá anestesia, incubadora o medicinas.
Otra participante de “SOS Pañales”, que prefiere no ser identificada, explica a la AFP que a principios de junio de 2014, cuando ya se resentía la escasez en el sistema sanitario y persistían algunas protestas opositoras, tuvo que irse con seis meses de embarazo a Miami, para tener a su hija.
“Jamás me pasó por la cabeza irme al exterior, pero mi médico me dijo ‘si tienes los medios, por favor sal de aquí’. Me tomó siete años embarazarme y cuando lo conseguí, mi médico no quería ponerme en riesgo por falta de un medicamento o equipo o que por una protesta no llegara al hospital”, comenta.
Según la Federación Médica Venezolana, la falta de insumos ha obligado a la maternidad pública Concepción Palacios, que registraba marcas mundiales en partos, a atender entre 15 y 20 diarios el año pasado contra el promedio de 100 de antaño.
La complicada situación económica en Venezuela, país con las mayores reservas de petróleo del mundo que le surten 96% de sus ingresos, podría acentuarse en 2015 ante la caída de los precios del crudo, que se traduce en sequía de divisas para una nación que importa la mayoría de los alimentos y bienes que consume.