Nueva York (AFP) – Hillary Clinton y Bernie Sanders harán campaña juntos el martes por primera vez y el senador, durante largo tiempo reticente, se dispone a otorgar su pleno apoyo a su exrival de las primarias demócratas para la presidencia de Estados Unidos.
Sus equipos de campaña publicaron el lunes un comunicado idéntico anunciando que el senador de Vermont (noreste), apóstol de una “revolución política”, se unirá a Clinton en la mañana del martes en un instituto de Portsmouth (New Hampshire, noreste), “para coordinar su compromiso de fortalecer a un país unido y una economía que funcione para todos, no solamente para los de arriba”.
Era hora. La convención demócrata, durante la cual Clinton será designada candidata del partido para la elección del 8 de noviembre, se celebra en dos semanas en Filadelfia (25-28 de julio).
En efecto, Clinton ganó las primarias de los estados, que finalizaron a inicios de junio.
Desde hace varios días, las señales de deshielo se multiplican del lado de Sanders, quien inicialmente había declarado que no concedería su derrota antes de la convención.
A finales de junio, había admitido que votaría por Clinton y que haría todo lo posible para impedir la victoria del republicano Donald Trump en las presidenciales.
Pero también había explicado que negociaría con los asesores de Clinton para lograr que el programa del Partido Demócrata para los próximos años, que debe ser ratificado en la convención de Filadelfia, sea “lo más progresista posible”.
Entre los temas prioritarios del senador de 74 años, situado claramente a la izquierda de Clinton, y cuya campaña entusiasmó a buena parte de la juventud estadounidense, figuran la universidad gratuita para todos, ampliación del acceso a la cobertura médica, salario mínimo de 15 dólares por hora (contra 7,25 actualmente), reforma del sistema judicial y una política más firme contra el cambio climático.
– Salario mínimo de 15 dólares –
Parece haber alcanzado una parte de sus objetivos: su equipo de campaña se congratuló el domingo de que el programa demócrata enmendado el fin de semana pasado en Orlando (Florida, sureste) incluya ahora un “salario federal mínimo de 15 dólares (por hora) y que se lo vincule a la inflación”. Hasta ahora, Clinton prometía 12 dólares.
El equipo de Sanders también aplaudió la propuesta de Clinton de favorecer un mayor acceso a los cuidados médicos y recordó que la candidata demócrata también había anunciado la semana pasada un plan para que la universidad sea gratuita para las familias que ganan menos de 125.000 dólares anuales. Incluso con ese matiz, el equipo de Sanders aceptó una iniciativa “revolucionaria”, afirmando que beneficiaría al 83% de los estudiantes.
Más de 12 millones de estadounidenses votaron en las primarias por Sanders, firme crítico de Wall Street y de las desigualdades sociales, y 15,8 millones apoyaron a Clinton, a quien el senador había atacado reiteradamente por sus conexiones con el mundo de las finanzas.
“Hemos logrado grandes avances en el programa demócrata, impulsando los temas que inspiraron a millones de estadounidenses en esta campaña, pero el combate no ha hecho más que comenzar”, se congratuló el senador en un comunicado, subrayando que todavía falta hacer que el programa demócrata se convierta en legislación efectiva.
El senador Sanders, que se reivindica “socialista democrático”, se constituyó -al igual que Trump del lado republicano- en una sorpresa en esta campaña presidencial. Poco conocido, no especialmente carismático, comenzó sin dinero y los expertos preveían su rápida eliminación.
Sin embargo, resultó un adversario mucho más duro de lo esperado para Clinton, atrayendo a inmensas multitudes a sus mítines.