Presionado por las fuerzas armadas y la oposición, el presidente boliviano, Evo Morales, renunció a su cargo, horas después de convocar a nuevas elecciones tras el resultado de la auditoria de la OEA en los comicios del 20 de octubre que arrojó “serias irregularidades”.
La decisión fue anunciada después de que el comandante general de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, y el de la Policía Nacional, Vladimir Calderón, le soliciten que dé un paso al costado para desactivar la crisis política y social.
“He decidido, escuchando a mis compañeros (…), a la iglesia católica, renunciar a mi cargo de la presidencia”, declaró.