Prelude to 2100, una experiencia inmersiva en la amenaza climática a Miami

Este original proyecto multidisciplinar comisariado por la artista Susan Caraballo se enmarca dentro de los actos organizados para conmemorar estos días el centenario de la histórica Casa de Piedra (Stone House) de Deering Estate, que fue hogar del magnate Charles Deering (1852-1927) y de su singular colección de arte español y antigüedades

Miami, 3 feb (EFE).- Año 2050. Deering Estate, una enorme propiedad al sur de Miami (Florida), ha dejado de ser un museo para acoger a refugiados climáticos de todo el mundo. Es el argumento de “Prelud to 2100“, un inquietante espectáculo inmersivo que hoy ya no parece ciencia ficción y que se inaugura este jueves.

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Este original proyecto multidisciplinar comisariado por la artista Susan Caraballo se enmarca dentro de los actos organizados para conmemorar estos días el centenario de la histórica Casa de Piedra (Stone House) de Deering Estate, que fue hogar del magnate Charles Deering (1852-1927) y de su singular colección de arte español y antigüedades.

En “Prelude to 2100”, la propiedad Deering se transforma en una experiencia artística nocturna que integra teatro, danza, música, “performances” y artes visuales con un objetivo concreto: “concienciar sobre el gran desafío del cambio climático” y cuál es “la capacidad de la sociedad y el Gobierno para enfrentarlo”, dice a Efe Caraballo.

MIAMI EN 2050, CASI UN PANTANAL

Este preludio a un mundo bajo el efecto del cambio climático y la subida del nivel del mar tiene lugar en el año 2050, con un Miami parcialmente inundado, cuando los residentes de la casa-museo deciden organizar una jornada de puertas abiertas para entrevistar y recibir a nuevos potenciales miembros de su comunidad.

“En ‘Prelude’ el nivel del mar ha subido tres pies (91,5 centímetros) y Miami es una ciudad con un paisaje totalmente diferente del actual y del que imaginan y venden las compañías de bienes raíces”, aclara Caraballo, productora también de la obra.

Muy comprometida desde 2016 en abordar asuntos medioambientales y ecológicos (su anterior obra se tituló “El futuro no es lo que solía ser”), esta artista interdisciplinar se muestra muy crítica con “la capacidad tan pobre de respuesta a nivel institucional” del Gobierno ante el efecto de desastres y catástrofes naturales como los causados por huracanes.

Pone como ejemplo “la magnitud del desastre” en Puerto Rico por el paso del huracán María en 2017 y “el desplazamiento de gran parte de su población, sin insumos básicos”.

Esto puede parecer natural, pero no lo es que los gobiernos “no tomen en cuenta la forma en que se han acelerado los ciclos y tiempos de transformación de la naturaleza”, afirma y advierte.

Antes de que la mayor parte de la costa sur floridana acabe convertida en un pantanal por el aumento del nivel del mar, Carballo quiere que cale en la sociedad y las clases rectoras la urgente necesidad de actuar ya.

Ese es, añade, el “leit motiv de la obra”, cuya trama e interacción con el público se desarrolla en el exterior de la casa-museo, al aire libre, en un enclave iluminado y exuberante de árboles, vegetación y senderos.

La acción comienza con una serie de encuentros con puestos donde lo mismo se puede efectuar cambio de divisa (del dólar a la moneda en curso en 2050 por el Miami Time Bank) que comprar comida o recalar en una tienda que es almacén y librería donde se despacha todo tipo de artículos usados para los residentes en la Casa de Piedra.

Los actores interpretan a los inquilinos del nuevo complejo residencial en escenas que se van entrelazando en espacios complementarios a partir del texto con elementos distópicos escrito por el dramaturgo Juan C. Sánchez, autor del proyecto también inmersivo “Miami Motel Stories”.

Arranca esta experiencia artística inmersiva con una pieza de danza y el monólogo de uno de los residentes (el actor colombiano-cubano Río Chavarro) que se dirige al público reunido para explicar que “no estamos separados de la naturaleza” y cargar contra las industrias azucareras que contaminan el suelo y el aire.

TRES HORAS Y UNA REFLEXIÓN

El resultado son 3 horas de piezas teatrales y actuaciones que invitan a la reflexión y a plantearse la pregunta ineludible de si Miami, al igual la mayor parte del condado de Miami-Dade, será un terreno habitable en 2100 o un pantanal sin habitantes.

La trama se va enriqueciendo con extraños sucesos hasta convertir la obra en una crónica de vida y de conflictos cotidianos entre los inquilinos del complejo, una trama atravesada por el “realismo mágico y la ficción especulativa” en un grupo de refugiados climáticos, resalta Caraballo, codirectora del evento junto a Jennifer de Castroverde.

Porque, “aunque parezca que este futuro está lejos, los cambios climáticos están a la vuelta de la esquina” y “no es un problema de la próxima generación, sino de todos, que requiere la atención de cada uno de nosotros para solucionarlo, dijo a Efe, por su parte, Kathryn García, productora del evento.

Una de las virtudes de “Prelude to 2100”, prosigue García, directora ejecutiva de Live Arts Miami (dependiente del Miami Dade College), radica en que “te transporta al futuro y confronta con los cambios del medio ambiente que nos esperan en Miami”.

El propósito de la directora del espectáculo, según García, “no es crear más ansiedad” al espectador, sino “amplificar nuestra imaginación para que podamos pensar de una manera más creativa sobre nuestro futuro”.

Coproducida con Live Arts Miami y una treintena de creadores radicados en el sur de Florida, la obra propone un revisión de la relaciones humanas con la naturaleza y que la gente “se sienta empoderada para hacer ahora cosas que tengan un impacto futuro positivo”, dice con optimismo. Emilio J. López
MiCiudadTV

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