La parálisis facial periférica generalmente es consecuencia de un compromiso inflamatorio del nervio facial, responsable del movimiento de los músculos de la cara. En caso de no recuperarse puede dejar secuelas, como la ausencia de los movimientos del rostro, en especial si la persona afectada no recibe el tratamiento adecuado.
Una persona con este trastorno presenta falta de movimientos de la cara uni o bilateral. En ocasiones se le puede dificultar cerrar los ojos y puede presentar escape de la saliva. Afecta por igual a hombres y mujeres y se cree que hay una mayor incidencia en adultos jóvenes.
Los pacientes con este problema llegan a la consulta angustiados y deprimidos porque afecta su imagen, autoestima y emociones, dado que paraliza generalmente un lado de la cara. “Su mayor temor es que sea permanente”.
El compromiso del nervio puede ocurrir por procesos infecciosos, inflamatorios por virus que tienen predilección por ese nervio, como el del herpes, así como por tumores o traumatismos.
Hay un tipo de parálisis, llamada de Bell o idiopática, a la que no se le conocen causas especificas. “También hay parálisis causadas por bacterias que ocasionan infecciones en el oído, que pueden comprometer el nervio facial en su paso por el oido”.