Papa Francisco preside rito de la pasión de Jesús

Ciudad del Vaticano, 25 Mar.- Postrado en el suelo en señal de humildad y con las manos en el rostro, Francisco introdujo hoy la ceremonia de la adoración a la Santa Cruz, ante miles de personas congregadas en la Basílica de San Pedro.
Así inició el principal oficio del Viernes Santo, en el cual se recordó la pasión y muerte de Cristo, y que concluyó con el beso a una gran cruz de madera por parte del Papa, de cardenales, obispos y colaboradores del Vaticano.

Jorge Mario Bergoglio siguió en silencio la ceremonia, enfundado en unas vestiduras color rojo intenso. Desde una silla, ubicada a uno de los costados del altar mayor, escuchó el sermón del predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa.

El Viernes Santo es el único día del año en el cual la Iglesia católica no celebra misa y sólo se recuerda la muerte de Jesús con una liturgia de la palabra.

En su predicación, el fraile franciscano Cantalamessa desarrolló el tema de la misericordia y llamó a “desmitificar” a la venganza, porque ese sentimiento se ha convertido en un “mito” que se expande, contagiando a todo y a todos.

Pidió no ceder a la sed de venganza ante “el odio y la brutalidad” de los ataques terroristas de esta semana en Bruselas, e instó a reflexionar sobre las últimas palabras de Cristo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

“Por grande que sea el odio de los hombres, el amor de Dios ha sido, y será, siempre más fuerte. A nosotros está dirigida, en las actuales circunstancias, la exhortación del apóstol Pablo: “No te dejes vencer por el mal antes bien, vence al mal con el bien”, estableció.

“Es la hora de darnos cuenta que lo opuesto de la misericordia no es la justicia, sino la venganza. Jesús no opuso la misericordia a la justicia, sino que la opuso la ley del talión, el ojo por ojo, diente por diente”, añadió.

Sostuvo que perdonando los pecados, Dios no renunció a la justicia sino que prescindió de la venganza ya que no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, mientras Jesús en la cruz no le pidió al padre que vengase su muerte, sino que perdonase a sus crucificadores.

Constató que gran parte de las historias en las pantallas y en los juegos electrónicos son historias de venganza, a veces presentadas como la victoria del héroe bueno.

“La mitad, si no más, del sufrimiento que existe en el mundo (cuando no son males naturales), viene del deseo de venganza, sea en la relación entre las personas que en aquella entre los Estados y los pueblos”, siguió.

“Ha sido dicho que ‘el mundo será salvado por la belleza’; pero la belleza puede también llevar a la ruina. Hay una sola cosa que puede salvar realmente el mundo, !la misericordia!. La misericordia de Dios por los hombres y de los hombres entre ellos”, apuntó. (Notimex)

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