09/07/2016 Dallas (Estados Unidos) (AFP) – El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció que acorta su viaje a Europa para volver a Dallas, donde cinco policías fueron abatidos por un francotirador que quería vengar los abusos de las fuerzas de seguridad contra los negros, lo que reaviva el doloroso tema racial.Obama, que tenía que estar en España desde este sábado por la noche hasta el lunes, acortará su visita para estar al principio de la próxima semana en Dallas, invitado por el alcalde Mike Rawlings de la ciudad texana donde se produjo la tragedia.
El mandatario calificó el viernes el ataque como “salvaje, calculado y despreciable”.
Entretanto, los llamamientos a la calma y a la tolerancia se multiplican en todo Estados Unidos, un país conmocionado por esa matanza de policías por un tirador aparentemente solitario, que quería vengar los abusos de las fuerzas del orden contra los negros.
El vicepresidente, Joe Biden, dijo este sábado que como “estadounidenses, estamos heridos por todas estas muertes”.
Los oficiales muertos y los heridos “estaban protegiendo a quienes protestaban pacíficamente contra las injusticias raciales en el sistema criminal de justicia. Esa gente marchaba contra el tipo de imágenes chocantes que vimos en St. Paul y Baton Rouge -y hemos visto con demasiada frecuencia en otras partes- de demasiadas vidas negras perdidas”.
Una concentración el 8 de julio de 2016 en una plaza de Dallas (Texas, EEUU) en homenaje a los cinco policías asesinados por un francotirador
El único sospechoso, abatido por la policía después de la matanza del jueves en Dallas, fue identificado como Micah Johnson, un exsoldado negro de 25 años que carecía de antecedentes policiales, reservista del ejército que estuvo movilizado en Afganistán entre noviembre de 2013 y julio de 2014.
Johnson resultó muerto tras un gigantesco cerco policial que incluyó el uso de un robot con explosivos.
El tiroteo se produjo a pocas calles de Dealey Plaza, el lugar donde fue asesinado el presidente John F. Kennedy en 1963, también abatido por un francotirador solitario.
Durante las infructuosas negociaciones para intentar que se rindiera, Johnson presuntamente dijo a los agentes que no pertenecía a ninguna organización y que sólo quería matar “a blancos, en especial a policías blancos”.
Parece haber actuado solo, según el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Jeh Johnson, quien -al igual que la Casa Blanca- excluyó cualquier vínculo con una “organización terrorista”.
La policía de Dallas informó de que en un registro de la vivienda de Johnson, “los detectives encontraron materiales para fabricar bombas, chalecos antibalas, fusiles, municiones y un diario personal de tácticas de combate”.
En una cuenta de Facebook atribuida a Micah Johnson y luego desactivada, éste parece apoyar a organizaciones de defensa de los negros, según el Southern Poverty Law Center, que sigue a estos movimientos en Estados Unidos.
En unas fotos en esta cuenta se le ve con el puño en alto, un gesto símbolo de las luchas de emancipación de los negros en Estados Unidos.
– El problema racial de fondo –
El tiroteo ha reactivado el ya de por sí emocional debate sobre el uso de fuerza letal por parte de la policía y los comportamientos de ésta ante las minorías raciales, especialmente los afroamericanos.
Los líderes del movimiento Black lives matter (Las vidas negras importan) condenaron la violencia de Dallas, pero aseguraron que mantendrán las manifestaciones previstas para este fin de semana.
“Black lives matter combate por la dignidad, la justicia y la libertad. No por el asesinato”, indicó la organización.
El viernes ya se produjeron manifestaciones en Houston, Nueva Orleans, Detroit, Baltimore y San Francisco, tras la muerte de dos negros a manos de la policía, en escenas grabadas y que indignaron a la opinión pública.
En Polonia, donde participa en una reunión de la OTAN, el presidente Barack Obama dijo que lo ocurrido en Dallas fue un ataque “salvaje, calculado y despreciable”, y añadió que “no hay una justificación posible a este tipo de ataques”.
El Gobierno estadounidense ordenó izar la bandera a media asta hasta el 12 de julio.
Por su lado, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el múltiple asesinato de los policías en Dallas, pero también pidió una investigación “imparcial” sobre la muerte de los ciudadanos negros a manos de agentes.
La tensión motivó a los aspirantes presidenciales Hillary Clinton y Donald Trump a cancelar sus actos públicos del viernes.
En un mensaje en Facebook, Trump afirmó que se trató de un “ataque contra nuestro país” y denunció que fue un tiroteo que incluyó “ejecuciones”.
Por su parte, Clinton manifestó en Twitter su duelo “por los oficiales muertos a tiros cuando cumplían su misión sagrada de proteger una protesta pacífica”.