Miami, 26 ago (EFE News).- Con entusiasmo Erika Jones informa a los transeúntes que ofrece gratis fríjoles, arroz y lo necesario para “pasar el día” sin el estómago vacío en una “nevera comunitaria” instalada en una zona empobrecida de Miami y que mantiene llena gracias a las donaciones en comida y dinero.
Jones contó a Efe que fue un proyecto de su sobrina Sherina Jones que no podía dormir cuando le empezó a rondar el tema en la cabeza hasta que compró con su dinero una nevera usada y la instaló al frente de una tienda de ropa de segunda mano en Liberty City, un barrio de mayoría afroamericana, como ella.
“Esas personas que necesitan comida que no pueden pagar pueden ir al refrigerador”, explicó Erika Jones mientras lo va llenando con sandwiches preparados por ellas.
Explicó que todos en la familia se unieron para ayudar a que la visión de su sobrina “se hiciera realidad”.
Este proyecto unitario se adelantó al Miami Community Fridge, una iniciativa emprendida por Buddy System, una entidad sin ánimo de lucro que instaló el jueves pasado la primera de un veintena de neveras comunitarias que se propone poner en marcha en las calles de zonas de escasos recursos en Miami.
LA NEVERA NUNCA VACÍA
“La idea es que el refrigerador nunca esté vacío”, subrayó a Efe Kelly Mayorga, gerente del Miami Community Fridge, que tiene la meta de combatir la inseguridad alimentaria impulsando a “los vecinos a ayudar a los vecinos”.
Esta trabajadora social contó que Buddy System fue fundada en marzo pasado para llevar alimentos y medicinas gratis a por lo menos un millar de personas necesitadas durante la cuarentena debido a la COVID-19 y que llegó a tener 700 voluntarios.
Subrayó que ella se unió en junio a las fundadoras, Jessica Gutiérrez y Kristin Guerin, cuando las necesidades de la pandemia habían empezado a cambiar tras el fin del encierro obligatorio.
Por razones de trabajo la tres tuvieron que mudarse a Nueva York y Nueva Jersey, pero desde allí siguen ayudando a la comunidad del sur de Florida gracias al apoyo de los voluntarios.
“Es nuestra casa”, dice Mayorga, de padres colombianos, nacida hace 28 años en Miami.
En Nueva York, Gutiérrez tomó la idea de las neveras al ver una instalada en una tienda de El Bronx y comenzaron a contactar a negocios de Miami y hablar con supermercados, restaurantes y otras empresas para recaudar comida que ha expirado, pero que “está buena”.
Mayorga dice que es un programa que apenas están comenzando, con la primera nevera en Overtown, en el centro de Miami, pero que al mismo tiempo van surgiendo otras ideas como invitar a artistas a ofrecerse como voluntarios y pintar las neveras, para, de paso, apoyar el talento local.
Además de verduras, frutas, cereales, huevos y otros alimentos gratis, que se compran también con donaciones en efectivo, la organización aspira a brindar a quienes acudan a las neveras asesorías periódicas de cómo solicitar ayudas oficiales o conseguir empleo, entre muchas otros temas.
En Florida la tasa de inseguridad alimentaria alcanza el 13 %, mientras el promedio nacional es del 11 %, según la organización Feeding America.
La pandemia en Estados Unidos, que ha dejado más de 178.300 muertos y 5,77 millones de personas contagiadas, ha llevado el hambre a récords que superan la Gran Recesión de 2008, según el Instituto Brookings.
Este centro de estudios de Washington detalla que en los hogares con niños, 13,9 millones de menores padecieron hambre en la tercera semana de junio, 5,6 veces más que en todo 2018 (2,5 millones) y 2,7 veces más que en el pico de la Gran Recesión (5,1 millones).
Mayorga dice que no quiere meterse en política, pero se muestra frustrada de la ausencia de ayuda gubernamental y la “falta de cambio”.
“Nunca me acostumbro a ver a tanta gente en la calle con hambre”, manifiesta.
Señala que las neveras se mantendrán aunque vuelvan condiciones “más normales”, al señalar que antes de la pandemia ya había hambre.
MÁS HAMBRE ENTRE LATINOS Y AFROAMERICANOS
“Los niños y los adultos no reciben los nutrientes y las comidas adecuadas que necesitan diariamente para mantenerse saludables y fuertes”, se lamenta la afroamericana Jones en GoFundMe, en la que recolecta fondos para su “nevera-despensa” de Liberty City.
En Estados Unidos unos 14 millones de niños “necesitan asistencia nutricional inmediata”, según una encuesta del Instituto Brookings.
El centro de estudios señala que, desde que comenzó la COVID-19, la inseguridad alimentaria se ha mantenido en niveles récord: 16 % de los hogares con niños consultados en junio informaron que sus hijos no comieron lo suficiente durante la última semana por falta de recursos.
El instituto subrayó que es peor aún entre niños afroamericanos e hispanos, con tasas “extremadamente alarmantes”: uno de cuatro hogares hispanos con niños no tenían suficiente comida y tres de cada diez hogares afroamericanos.
Mientras tanto, en los hogares de raza blanca la tasa es menor del 10 %.
La campaña comunitaria de Jones dice que su nevera busca ayudar a “cerrar la brecha del hambre” durante la pandemia.