La Cruz, Costa Rica, 27 Ene.- El reciente éxodo de cubanos hacia Estados Unidos -con una estancia en Costa Rica de más de dos meses- es un negocio de millones, en una derrama económica que se dispersa por cada país transitado.
“A donde quiera que uno llega saben que el cubano, o tiene familiares en Estados Unidos o vendió una propiedad, y tiene dinero para hacer este viaje”, dijo a Notimex Geni Machado, quien está a la espera de salir de Costa Rica en los próximos días.
El próximo traslado de más de siete mil cubanos desde Liberia (Costa Rica) a San Salvador (El Salvador) -en un puente aéreo acordado por los gobiernos de la región- costará unos tres millones de dólares, con un pago individual máximo de 555 dólares.
Los cubanos quedaron varados en Costa Rica, en poblaciones como La Cruz -20 kilómetros al sur del puesto fronterizo de Peñas Blancas-, luego que Nicaragua les prohibiera el paso desde el 15 de noviembre al argumentar motivos de seguridad.
En trayectos con más de 18 meses para algunos desde que salieron de Cuba, los isleños partieron hacia diversos destinos –Ecuador, Guyana, Haití, Venezuela, Brasil o Trinidad y Tobago- con la mira puesta de llegar a Estados Unidos.
La Cruz, una población de 20 mil habitantes con una importante actividad comercial por ser paso fronterizo, de alguna manera se ha beneficiado con la presencia de cubanos al tener sus comercios en permanente ajetreo.
Aunque el gobierno costarricense y la comunidad proporcionan alimentos básicos, cubanos se dan gusto y acuden a establecimientos a consumir comida diferente a la que se proporciona en los albergues.
Los cubanos cuentan que durante este viaje por persona han gastado entre dos mil y siete mil dólares, dinero que han ido juntando en el camino, ya sea porque han trabajado o porque han recibido remesas de familiares.
Algunos también vendieron algunos bienes en Cuba para poder sufragar la travesía, confiados en que valdrá la pena si se trata de mejorar las condiciones de vida para ellos y sus familiares que dejaron.
Alimentación, pago de hoteles, gasto en guías o “coyotes”, extorsiones por parte de autoridades policiacas y otros, son parte de los desembolsos que los cubanos han realizado durante su travesía en su paso por los distintos países de su ruta.
“Por cualquier país que uno pasa no lo tratan a uno como inmigrante económico, sino como inmigrante político, porque yo creo que los políticos son los que tienen dinero para hacer estas cosas (de viajar)”, señaló Machado.
En su caso dijo que este viaje ha gastado unos siete mil dólares, y aún falta por pagar los 555 dólares para trasladarse a El Salvador y Guatemala, y pagar el trayecto por México.
“Yo ya voy por los cinco mil y pico de dólares desde que salí de Cuba, pero creo que vale la pena y voy a poder ayudar a mi familia que quedó en Cuba”, dijo Yunieski Rodríguez.
Además de aludir a la falta de libertad de expresión, los cubanos señalaron las carencias económicas como razones para abandonar la isla y emprender el viaje al “sueño americano”.
Rodríguez, quien por cuenta propia se dedicaba a la cría de puercos para venderlos al Estado, indicó como injusto en los ingresos que “un médico ganaba menos que yo”.
Aunque se quejaron de la falta de comodidades materiales, los cubanos también admitieron algunos beneficios como la educación.
“La mayoría de cubanos somos profesionales porque el gobierno sí nos da esa oportunidad para estudiar, pero sólo eso”, dijo Daimara Rojas, una laboratorista quien afirmó que pese a su preparación, el ingreso es mínimo. (Notimex)