Caracas, 30 Dic.- Más de 600 mil familias han abandonado el medio rural venezolano y el rebaño ha disminuido en tres millones de cabezas, situación que profundiza la escasez y desabastecimiento de alimentos en Venezuela.
“La inmensa crisis que vive el campo venezolano, por falta de estímulos a la producción y la inseguridad personal son los seguros responsables de la diáspora”, precisó Manuel Carrillo Batalla, ex presidente de la Asociación de Productores del Estado Portuguesa.
En dialogo con Notimex dijo que es necesario que el gobierno se quite de prejuicios y se decida a ir de la mano con la empresa privada si en realidad desea superar la crisis agrícola y pecuaria que existe en el país.
“Juntos debemos hacer un gran esfuerzo para que la mayor proporción de alimentos destinados al consumo de los venezolanos provenga de la producción nacional y no por la vía de las importaciones”, dijo.
Destacó que el sector privado de la producción cooperará en todos aquellos planes oficiales que contribuyan a sacar al país del atolladero de las importaciones, pero que para ello se requiere de estímulos.
“Dándole un apalancamiento al sector privado se cumpliría con lo establecido en la Ley Orgánica de Soberanía y Seguridad Alimentaria y se garantizaría la seguridad alimentaria. “Eso nos haría más soberanos y menos dependiente de la comida foránea”.
A su modo de ver es necesario que el gobierno ofrezca al sector privado los márgenes de beneficios necesarios que garanticen su presencia en el campo, estabilidad económica y suficiente producción nacional para cubrir la demanda del mercado interno.
Advirtió que el rezago de los precios reales de los productos agrícolas es una cosa que viene remontándose desde hace 50 años. “Eso ha venido generando un estado de shock para la producción agrícola y se ha convertido en un desestimulo a la producción”.
“Si se establecen controles en los precios de los productos agrícolas, pero no controlas algunos insumos fundamentales de la producción, estos se van a tragar el precio congelado de las cosechas, haciendo que la actividad agrícola sea poco rentable, poco atractiva”, dijo.
Puso como ejemplo el emblemático caso del arroz, que cuesta producirlo unos 17 bolívares y es pagado al productor a un precio regulado de 8,30 bolívares. “Hasta ahora no se ha acordado un aumento en el precio del producto ni subsidio alguno que cubra las pérdidas”.
Remarcó que el campo está en crisis: la vialidad rural, la electrificación, el rezago en materia de riego y la inseguridad personal y los secuestros, son factores que atentan todos los días contra la actividad que realizan los productores.
“Por esta razón una gran cantidad de empresarios rurales han abandonado sus fincas ante el acoso de las bandas delictivas dedicadas al abigeato, la extorsión, los secuestros y el cobro de vacuna”.
“Estimo que debe haber cerca de unas 600 a 800 mil personas que han salido de la actividad, pero creemos más importante resaltar que todavía quedamos más de 120 mil familias, combatiendo contra viento y marea las adversidades”, estimó.
Finalmente dijo que se han perdido cerca de dos o tres millones de ganado en comparación con el año 2012, “cuando teníamos cerca de 15 millones de animales. “Yo creo que estamos entre 11 millones y medio y 12 millones, pero la próxima sequía podría afectarnos más”. (Notimex)
