Los Ángeles (EE.UU.), 22 jul (EFE).- Aunque los Rams de Los Ángeles están a punto de inaugurar su nuevo estadio, informaron este miércoles que analizan limitar la asistencia de aficionados o incluso prohibirla durante la temporada del 2020 de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), que comenzará el próximo septiembre.
Su nuevo estadio, que lleva el nombre de “SoFi”, un proyecto que ha costado 5.500 millones de dólares, financiado por el dueño del equipo Stan Kroenke, no recibirá a los aficionados en su temporada de debut debido a la pandemia del coronavirus.
Los Rams anunciaron el martes que el estadio estará “a capacidad limitada o nula” esta temporada.
Si se permite a los aficionados en el estadio de 70.000 asientos, los Rams esperan que la asistencia tenga un límite de 15.000 para permitir el distanciamiento social. El equipo indicó que el uso de mascarillas sería obligatorio.
En una carta que los Rams enviaron a los poseedores del abono de temporada, explicaron que las entradas de la temporada 2020 no estarán disponibles y serán diferidas para la temporada del 2021.
Indican que si se permite la asistencia de los aficionados, se dará prioridad a la compra de entradas para un solo partido a los titulares de los abonos de temporada.
Los Rams han dejado de cobrar los abonos de temporada. Los reembolsos están disponibles o los pagos pueden acreditarse a la temporada del 2021.
Los Chargers de Los Ángeles, que también jugarán en el estadio “SoFi”, anunciaron un plan similar la semana pasada.
En la carta, los Rams también dicen que “anticipan que la NFL cancelará los partidos de pretemporada”. El calendario de pretemporada ya se ha reducido de cuatro a dos partidos.
Los Rams están programados para abrir la temporada regular contra los Cowboys de Dallas el 13 de septiembre en Sunday Night Football.
La construcción del nuevo estadio comenzó en noviembre del 2016, 11 meses después del anuncio de que los Rams regresarían a Los Ángeles después de jugar 21 temporadas en San Luis.
El estadio inicialmente se estimó en un costo de 2.600 millones de dólares y estaba programado para abrir la temporada del 2019.
Sin embargo, las precipitaciones récord que se dieron en el área de Los Ángeles durante el 2017 causaron demoras en la construcción que retrasaron su inauguración hasta esta temporada.