02/23/2017. Los Ángeles. El pequeño Saroo vivía con su humilde familia en India. Un día se quedó dormido en un tren y despertó en Calcuta, a unos 1.500 kilómetros de casa.
Tenía 5 años y fue adoptado por una pareja australiana pero su aventura no se puede resumir en una frase.
La historia real de Saroo es la trama de Lion, película dirigida por Garth Davis y protagonizada por Dev Patel y Nicole Kidman que este domingo opta a seis premios Oscar, entre ellos el de mejor película.
Una desgarradora historia real
En 2012, el mundo quedó cautivado ante la noticia de un joven indio que, 25 años después, había encontrado a su familia gracias a Google Earth.
Todo empezó cuando Saroo, de 5 años, le pidió a su hermano mayor, Guddu, que le dejara ir con él.
Los hermanos vivían con su hermana pequeña y su madre en Ganesh Talai, un barrio de la ciudad de Khandwa, en India central.
La situación económica de la familia no era muy buena y Guddu trabajaba de vez en cuando barriendo vagones de tren.
Esa noche de 1986, Guddu y Saroo se fueron y ya no regresaron más.
Una historia se dio a conocer hace cinco años.”Era tarde por la noche. Nos bajamos del tren en Burhanpur y yo estaba tan cansado que me senté en la estación y me dormí”, cuando su funesta siesta determinó el resto de su vida.
“Pensé que mi hermano volvería por mí pero cuando me desperté no lo vi por ningún sitio. Entonces vi un tren frente a mí y decidí subirme, esperando encontrar en él a mi hermano”.
No sólo no lo encontró sino que se quedó dormido y despertó 14 horas después… en Calcuta.
“Estaba muy asustado. No sabía dónde estaba”. Calcuta es la tercera ciudad más grande de India y Saroo se convirtió en uno de los miles de niños que piden en los barrios marginales.
Intentó comprar un billete de tren para regresar a casa pero el vendedor no entendía el destino que Saroo pronunciaba. El niño decía Ginestlay en lugar de Ganesh Talai.
Sin saber leer ni escribir e incapaz de entender el idioma que se hablaba en Calcuta, Saroo se resignó a sobrevivir en la calle.
“Tenía que ser muy cuidadoso. No podía confiar en nadie”, relató.
Su madre biológica, Kamla Munshi, no dejó de buscarle pero Saroo asumió su nueva realidad.
“Acepté que estaba perdido y que no podía encontrar el camino de regreso a casa, así que pensé que era bueno ir a Australia”.
Saroo se adaptó muy bien a su nuevo hogar. Los Brierley adoptaron un año después a otro niño indio, Mantosh.
Pero según crecía, el deseo de encontrar a su familia de origen se fue haciendo más fuerte.
Saroo mantenía grabada la imagen de su madre.
En 2005, con 24 años, se dispuso a encontrarla con una computadora y una determinación inquebrantable.
Se convirtió en una obsesión. Empezó a usar Google Earth para buscar su lugar de origen.
“Usé las matemáticas y todo lo que podía recordar sobre los paisajes y la arquitectura de mi población natal”, señaló Saroo.
Tras pasar años mirando distintas fotografías satelitales, Saroo ideó una estrategia más eficaz.
“Una noche decidí que tenía que cambiar de plan, no sabía dónde estaba mi ciudad natal pero sí sabía dónde llegué tras aquel largo viaje.
“Multipliqué el tiempo que pasé en el tren, unas 14 horas, por la velocidad de los trenes indios y obtuve como resultado una distancia aproximada de unos 1.200 kilómetros”.
Saroo dibujó un círculo en el mapa con el punto central en Calcuta y con un radio de poco más de 1.200km.
En su memoria guardaba la imagen de una pequeña y polvorienta población llena de recuerdos de infancia: el bosque, el templo, un puentecito, un muro, la cascada en la que solía jugar.
Hasta que encontró lo que estaba buscando: Khandwa. Era el año 2011.
Poco después Saroo viajó a Khandwa y encontró su casa en el barrio de Ganesh Talai. Pero no era lo que esperaba, parecía abandonada.
Preguntó a las personas que estaban por allí y una de ellas le dijo que lo llevaría hasta su madre.