La población de Guatemala vive un “gran despertar”, dice Rigoberta Menchú

Ciudad de Guatemala (AFP) – La movilización popular ante el escándalo de corrupción que involucra al presidente guatemalteco, Otto Pérez, “es el gran despertar de la población”, dijo en una entrevista con AFP la Premio Nobel de la Paz 1992 Rigoberta Menchú (56).

El mandatario perdió la inmunidad el martes en un fallo histórico de 132 diputados presentes, de 158, que votaron unánimemente para obligarlo a enfrentar a la justicia ordinaria por su posible vinculación con una banda de defraudación aduanera.

Pregunta: ¿Cuál es su sentimiento sobre el movimiento popular, de la cólera que vive el país desde abril, cuando se reveló el escándalo de corrupción que involucra al presidente?

Respuesta: Es un gran despertar de la población, es un despertar consciente pero también es un ejemplo cívico. A mí me impresiona la integración de las marchas, pacíficas y multisectoriales.
Este ejemplo tiene que replicarse en todos los tiempos de Guatemala, en tanto que este es un país racista, este es un país clasista donde están divididos los ricos y los pobres.

Este país ha sido un país dividido por la violencia, por la tragedia, por el engaño.

Esta ilustración es una encrucijada para los guatemaltecos, pero también es una encrucijada para el sistema, para el país entero.

Desde que comenzó la movilización social estaba claro que solamente había un objetivo: un no rotundo a la corrupción.

Era un saqueo que durante muchísimos años se ha hecho al país, a las arcas del Estado.

Esta vez nos movió profundamente la indignación, y lo que pasó es que se movió el tapete de la impunidad, este tapete que estaba incrustado en todas las instituciones y que no había formar de tocarlo.
P: ¿Cómo interpreta la actitud del presidente, que se niega a dimitir a pesar de los numerosos llamamientos en este sentido?

R: Él (Pérez) viene de una formación Kaibil (escuadrón contrainsurgente del ejército), y los Kaibiles jamás se rinden. Además él es un hombre de guerra, un hombre de inteligencia, un hombre peligroso.

Yo creo que él no solo se atrinchera en el palacio, sino también que él también puede armar estrategias de choque.

Puede ser utilizando la agudización del racismo, de querer confrontar el campo y la ciudad, de utilizar también la confrontación racial.

Si él se va a la cárcel, tiene miedo que no solo será juzgado por corrupción (…), sino también por un pasado en el cual también se está acabando un ciclo de tiempo para quienes perpetuaron el genocidio, las matanzas (durante la guerra civil de 1960-1996).

Para mí esta es la primera vez que estoy viendo un sistema donde ya no tiene presidente, todos los guatemaltecos dicen que ya no tienen presidente. Yo no tengo presidente. Ahora yo creo que él ya no tiene más poder, nada más le queda la vergüenza.
Yo tengo que llamar a la cordura, yo tengo que llamar a los guatemaltecos a no dejarse ir por la violencia, que no se dejen engañar por la confrontación.

P: ¿El clima actual es propicio para la celebración de las elecciones generales del domingo?

R: Las elecciones han perdido su crédito, no tienen legitimidad, (pero) hemos tenido que unirnos en llamar al voto (…) porque no hay alternativa.

La elección nos ha puesto una camisa de fuerza: o nos hacemos a un lado y perdemos los que siempre perdemos, o estamos jugando los mismos riesgos adentro de esta camisa de fuerza.

Lo que más sueño es que el domingo (día de la elección) no haya violencia, no haya muertes, que haya un clima tolerante, que salgamos sin miedo, que pasemos el 6 de setiembre sin mancha de sangre.

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