París (AFP) – Los investigadores antiterroristas intentaban esclarecer este domingo el periplo y la personalidad de Ayoub El Khazzani, el marroquí que abrió fuego antes de ser neutralizado por pasajeros en un tren Ámsterdam-París, y considerado afín al islamismo radical.
Dos investigaciones están abiertas, una llevada a cabo por la fiscalía antiterrorista de París, cuya competencia es nacional, y la otra por la fiscalía federal belga.
Según la abogada que lo asistió en las primeras horas de su detención, en la localidad francesa de Arras (norte), el marroquí, que tendrá 26 años el 3 de septiembre, estaba “asombrado de que a su acción le atribuyeran un carácter terrorista”.
El Khazzani está detenido en los locales de la Dirección General de Seguridad Interior, cerca de París. Su orden de detención, que fue prolongada el sábado, puede durar hasta el martes.
El joven, “muy delgado” y “muy aturdido”, empezó negando cualquier proyecto terrorista y explicó que había hallado por casualidad las armas en un parque cercano a la estación de Bruxelles-Midi de la capital belga, donde dormía, y que iba a utilizarlas para robar a los pasajeros del tren Thalys. Desde entonces, ha guardado silencio.
Sin embargo, su perfil de islamista radical, señalado por los servicios de inteligencia de cuatro países europeos (España, Francia, Alemania y Bélgica), orienta las investigaciones hacia la pista de un ataque terrorista, que podría haber terminado en masacre sin la intervención de varios pasajeros, entre ellos dos militares estadounidenses de vacaciones en Europa, que lo neutralizaron.
El joven atacante estaba en efecto muy armado: llevaba un fusil de asalto kalashnikov, nueve cargadores, una pistola automática y un cúter.
En la pelea, uno de los estadounidenses, Spencer Stone, un militar de 23 años, sufrió cortes en la nuca y la mano. Otro pasajero, un franco-estadounidense residente en París, recibió un balazo.
Spencer Stone y sus amigos Alek Skarlatos y Anthony Sadler (respectivamente de 22 y 23 años) consiguieron neutralizar al marroquí, ayudados por un sexagenario británico, Chris Norman. Todos fueron saludados como héroes y serán recibidos en lunes en el palacio del Elíseo. En el forcejeo también participó un pasajero francés de 28 años que fue el primero en intentar desarmar al agresor, sin conseguirlo, y prefiere permanecer en el anonimato.
Discurso en favor de la yihad –
Según los primeros elementos de la investigación, Ayoub El Khazzani, cuya identidad fue confirmada gracias a las huellas dactilares, “vivía en Bélgica, subió al tren en Bélgica con armas tal vez adquiridas en Bélgica, y tenía papeles emitidos en España”, resumió una fuente cercana al caso.
El Khazzani vivió siete años en España, de 2007 a marzo de 2014. Había llegado allá a los 18 años, primero a Madrid y luego a Algeciras, en Andalucía (sur), donde era conocido por su discurso en favor de la yihad.
El joven, descrito como delgado y de talla mediana, se ganó la vida con pequeños trabajos y fue detenido una vez por “tráfico de drogas” según fuentes españolas.
El sábado el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, dijo que los servicios españoles señalaron al sospechoso por su “pertenencia al movimiento islamista radical”. Eso permitió que el hombre fuera fichado, lo que permitió localizarlo en Alemania, el pasado 10 de mayo, cuando tomaba un vuelo con destino a Turquía.
Según fuentes de inteligencia españolas, el atacante habría viajado de Francia a Siria, algo que el sospechoso ha negado durante su detención.
Este ataque al tren Thalys se produjo ocho meses después de los atentados contra el semanario satírico Charlie Hebdo de enero en París, y tras varios incidentes en otros países europeos que han puesto en alerta máxima a los servicios de seguridad.
El ataque condujo a Bélgica a reforzar sus medidas de seguridad en las estaciones de ferrocarril y en los propios trenes.
Los ferrocarriles franceses han instaurado por su lado un número telefónico para que sean señaladas “situaciones anormales”, aunque se ha excluido implementar controles en los andenes, tal como se hace en los aeropuertos.