Los Angeles (AFP) – El uso que hacen las autoridades estadounidenses de los ‘drones’ ha crecido a gran velocidad en los últimos años dentro de un vacío legal, lo que hace temer a los activistas de derechos humanos que la población sea vigilada de forma excesiva.
La ley que entró en vigor en agosto en Dakota del norte (norte) y que autoriza de facto a la policía a utilizar armas no letales en estos artilugios avivó el debate.
“Es un poco como el lejano oeste”, explicó a AFP Jay Stanley, analista de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), acerca de la falta de legislación.
Desde 2012, las organizaciones gubernamentales pueden usar pequeños ‘drones’ de menos de 25 kilos en ciertos casos, después de recibir el permiso de la Administración Federal de Aviación (FAA). Este órgano está preparando normas específicas al respecto, pero todavía no tiene poder para proteger la intimidad de los ciudadanos. A nivel federal, hay una auténtica laguna.
Actualmente, menos de veinte cuerpos policías en todo el país están equipados y entrenados para usar ‘drones’. Las ciudades de Grand Forks (Dakota del norte) y Arlington (Texas, sur), el condado de Mesa (Colorado) y los agentes de tráfico de Utah (oeste) son pioneros en este campo.
El FBI, de su lado, solo usa estos artefactos en misiones muy concretas.
Otras 60 fuerzas policiales han solicitado licencias para manejar ‘drones’, de acuerdo con los datos que maneja la Fundación Fronteras Electrónicas (EFF, en inglés).
– Vigilancia masiva –
Los ‘drones’ permiten obtener vistas aéreas muy útiles para zonas de siniestros y crímenes, así como para la búsqueda de personas desaparecidas. Por otro lado, proporcionan datos tácticos sin poner en riesgo la integridad de los agentes.
Los modelos que maneja la policía cuestan entre 15.000 y 50.000 dólares, mucho más asequibles que los helicópteros, que oscilan entre los 500.000 y los 3 millones de dólares.
Algunas ciudades están experimentando con ellos, como San José, en California (oeste). Otras, como Seattle (Washington, noroeste), decidieron adquirirlos pero renunciaron a utilizarlos ante la indignación ciudadana.
“Muchas entidades gubernamentales creen que el potencial costo político (del uso de los ‘drones’) no vale la pena”, señala Phil Finnegan, de la compañía aeronáutica Teal Group.
Según sus cálculos, el mercado de los ‘drones’ se desarrollará en los próximos cinco años, pues la gente se irá acostumbrando y la policía los utilizará cada vez más.
– Rastrear –
Las organizaciones de defensa de las libertades civiles no se oponen al uso de estos aparatos, “pero algunos cuerpos policiales quieren desplegarlos 24 horas al día”, apunta el activista de ACLU, Jay Stanley.
“Sin un reglamento adaptado, los ‘drones’ equipados con programas de reconocimiento facial, tecnología infrarroja y altavoces capaces de vigilar conversaciones invadirán el derecho a la privacidad”, sostiene el experto.
“Los ‘drones’ conectados entre ellos permiten rastrear vehículos y personas, los más pequeños pueden volar sin ser percibidos frente a casas y lugares de culto”, agrega la ACLU.
La patrulla fronteriza (CBP, en inglés) ha congelado, por ahora, la compra de nuevos drones después de que uno de los seis modelos Predators que compró -y que valen 12 millones de dólares cada uno- se estrellara.