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Irma Cuevas, la paraguaya con 632 goles y ganas de “seguir unos años más”

Asunción, 31 jul (EFE).- A sus 43 años, Irma Cuevas, la máxima goleadora de la historia de Paraguay, con 632 dianas, se ve con ganas de “seguir unos años más” en un deporte que comenzó a practicar de niña y le llevó a las filas de la selección nacional femenina de fútbol.

“Quiero seguir en esto. Yo, por ejemplo, no estoy terminando todavía como futbolista, como jugadora. Ya se está realizando mi sueño. Poco a poco yo sé que voy a lograr más y voy a conseguir más objetivos y metas”, comentó a Efe la delantera del Guaraní, de la primera división.

Cuevas, que comenzó a jugar al fútbol a los cinco años, en la ciudad de Pirayú, a unos 50 kilómetros de Asunción, se encarga además de formar a una nueva cantera en una escuela de fútbol.

Esta experiencia, en la localidad de San Antonio, a unos 25 kilómetros de la capital paraguaya, le ha servido para darse cuenta de que “se está avanzando un poquito” en la concepción que todavía se tiene sobre el papel de la mujer en el fútbol.

En ese sentido, la goleadora del “Aborigen” femenino recordó que en sus inicios “se criticaba mucho” que las mujeres jugaran fútbol e incluso se encontró con “muchas dificultades de parte familiar”.

“En nuestra época, mamá era celosa y decía que no tenía que jugar, que las nenas tenían que jugar solamente con las muñecas y los varones con la pelota. Pero a mí no me impedía nada de eso, porque siempre me regalaban las dos cosas, pero prefiero más la pelota”, explicó.

Ajena a los comentarios, despuntó en el fútbol desde el colegio, cuando en el recreo los dos equipos en liza querían elegirla porque “metía muchos goles, de chilenita, de huevito…”.

Su pasión siguió en la secundaria y comenzó a profesionalizarse a su llegada a Asunción para seguir estudiando, con un “torneo experimental para chicas” y su paso por el Club Nacional de Barrio Obrero.

ORGULLO DE VESTIR LA ALBIRROJA

En 1998 la selección paraguaya femenina de fútbol convocó a Cuevas y fue titular por su capacidad goleadora.

Esa etapa fue un gran anhelo de la jugadora de Pirayú, que todavía habla con emoción y agradecimiento por “vestir la camiseta” de la Albirroja.

“Toda jugadora siempre quiere ponerse la camiseta albirroja representando a nuestro país, que es Paraguay. Estoy orgullosa”, manifestó Cuevas.

Una sensación que quiere mantener estando en activo, sin pensar de momento en la retirada, sino en “experimentar el fútbol un poquito más y seguir unos años más” y poder disfrutar de lo que significaría conquistar una Copa Libertadores.

Como el resto de planteles de la primera, la llegada de la pandemia de coronavirus al país en marzo obligó a suspender los entrenamientos y los torneos.

Aunque el camino a la normalidad arrancó la semana pasada con el retorno de la primera división masculina.

En el caso de Cuevas, la vuelta a cierta actividad se traduce en las clases virtuales que imparte con la Secretaría Nacional de Deportes (SND), donde recibió a Efe durante la grabación de una de esas clases.

Sin embargo, no se olvida de sus compañeras que “están sufriendo y quieren empezar” a jugar, tras cerca de cuatro meses de parón físico y económico.

Su empatía al hablar de otras jugadores se traslada también a los consejos que da a la cantera de futuras futbolistas paraguayas.

Al echar la vista atrás en su trayectoria, esta admiradora declarada de la leyenda brasileña Marta Vieira da Silva, cree que la clave está en el sacrificio que hizo para conseguir llegar a la elite del fútbol.

“Se progresa con la humildad y el sacrificio de cada uno, hay que ser constantes en esto, trabajar y entrenarse diariamente”, son los consejos que Cuevas les da a las que vienen detrás de ella.

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