El número uno libio Muamar Kadhafi afirmó este martes que permanecerá en su país como “líder de la revolución” y ordenó a sus fuerzas de seguridad aplastar las protestas que desde hace una semana exigen su salida del poder.
Kadhafi, de 68 años, en el poder desde 1969, advirtió además que los manifestantes armados serán ejecutados y llamó a sus partidarios a manifestar el miércoles, prosiguiendo la contraofensiva para salvar a su “Jamahiriya” (República de Masas) Árabe Popular y Socialista.
“Lucharé hasta la última gota de mi sangre”, proclamó el “Guía de la Revolución”.
“Muamar Kadhafi no tiene un cargo oficial del que pueda dimitir. Muamar Kadhafi es el Guía de la revolución, sinónimo de sacrificios hasta el fin de los días. Este es mi país, el de mis padres y el de mis antepasados”, declaró.
Kadhafi realizó su alocución televisiva en momentos en que el Consejo de Seguridad de la ONUse reunía en Nueva York para discutir la situación del país norafricano miembro de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo).
La reunión se llevó a cabo a pedido del embajador adjunto de la misión libia ante Naciones Unidas, Ibrahim Dabbashi, quien el lunes retiró su lealtad a Kadhafi, al igual que muchos otros diplomáticos y jerarcas del régimen, para protestar contra el violento aplastamiento de las protestas.
Al abrir el cónclave, el embajador alemán, Peter Wittig, criticó la represión y dijo que la situación en Libia “tiene implicaciones regionales e internacionales” y pidió al Consejo de Seguridad emitir un mensaje rápido y claro”.
La presidencia estadounidense ofreció por su lado sus condolencias a las víctimas de la “violencia atroz” ejercida por las fuerzas de seguridad libias.
Kadhafi se mostró el lunes unos pocos segundos por primera vez desde el estallido de la rebelión el 15 de febrero, para tratar de “perras” a las televisiones que dijeron que se había fugado a Venezuela.
Los medios oficiales tildaron por su lado de “mentiras” los reportes de masacres.
También se reunirá este martes en El Cairo la Liga Árabe, cuyo secretario general, el egipcio Amr Musa, manifestó su “extrema inquietud” por la represión.
La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, advirtió a las autoridades libias que “los ataques sistemáticos contra la población civil podrían considerarse crímenes contra la humanidad”.
La Organización de la Conferencia Islámica (OCI) denunció “una catástrofe humana contraria a los valores del islam”.
Las condenas procedieron de los países más diversos y opuestos entre sí, desde Estados Unidos –que reclamó “el cese del baño de sangre inaceptable”– a Irán, que denunció la “masacre de inocentes”.
El líder cubano Fidel Castro dijo que Estados Unidos buscaba ante todo justificar una invasión de Libia.
“Se podrá estar o no de acuerdo” con Kadhafi, pero “para mí es absolutamente evidente que al Gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días”, escribió Castro en la prensa oficial cubana.
Testigos denunciaron “masacres” en algunos barrios de Trípoli poco después de que la televisión oficial anunciase el lunes que las fuerzas de seguridad asaltaban “los nidos de saboteadores”.
La rebelión llegó el domingo a la capital, con el saqueo de medios de comunicación estatales.
Residentes en Trípoli denunciaron una “masacre” en los barrios de Tayura y Fashlum.
La organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) estimó que la represión en la capital dejó al menos 62 muertos.
Antes de los enfrentamientos del lunes, organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos evaluaban entre 200 y 400 el número de víctimas de la sublevación iniciada el 15 de febrero.
Según reportes de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), los manifestantes controlan varias ciudades, entre ellas Benghazi (la segunda del país), Syrta y Tobruk (todas en el este), así como Misrata, Joms, Tarhuná, Zenten, Al Zawiya y Zuara, cerca de la capital.
El ministro egipcio de Relaciones Exteriores, Ahmad Abul Gheit, aseguró el martes que las pistas del aeropuerto de Benghazi fueron bombardeadas y que eso dificulta la evacuación de los miles de egipcios que viven en Libia.
La rebelión en Libia estuvo inspirada de las que este año derrocaron a los regímenes autoritarios de Túnez y Egipto, en una inédita ola de contestación en los países árabes.
La empresa petrolera italiana ENI, primer productor extranjero de hidrocarburos en Libia, anunció la “suspensión temporal de algunas actividades” en el sector del petróleo y gas en ese país a raíz del brote de violencia.
Los precios del petróleo se dispararon el martes en la apertura en Nueva York, donde el barril ganaba 7,16 dólares a 93,36 dólares, a causa de la crisis en Libia, un país miembro de la OPEP.