Montevideo (AFP) – Los seis exreclusos de Guantánamo que llegaron a Uruguay en diciembre sufren “problemas de adaptación” al tener que enfrentar diferencias culturales y cargar con las consecuencias de un largo aislamiento en “condiciones inhóspitas”, dijo el viernes el presidente José Mujica.
Los refugiados “tienen notorias dificultades con el idioma, tienen problemas de adaptación porque no solo pertenecen a otras culturas, sino que cargan con las consecuencias de trece años de aislamiento en condiciones inhóspitas”, dijo Mujica en su audición radial ‘Habla el presidente’, un día después de visitarlos por primera vez.
El mandatario, que traspasará el gobierno al también izquierdista Tabaré Vázquez el primero de marzo, se refirió a la visita a Buenos Aires de uno de los refugiados destacando que ese viaje demostró “la falsedad de algunas afirmaciones que nos quisieron hacer carceleros de Estados Unidos”.
Jihad Diyab, el expreso que se trasladó a Buenos Aires, se había declarado en el pasado en huelga de hambre y acudió a la justicia estadounidense para hacer valer su derecho a no ser alimentado a la fuerza durante su reclusión en Guantánamo.
“Nunca voy a olvidar a los compañeros que están allá y por eso es que vine para acá para luchar. Por ejemplo, el gobierno argentino puede recibir presos de Guantánamo acá de forma humanitaria”, dijo Diyab a periodistas de Radiográfica y de la radio de las Madres de Plaza de Mayo.
Diyab llegó a Uruguay junto al tunecino Abdul Bin Mohammed Abis Ourgy, de 49 años, el palestino Mohammed Tahanmatan (35) y los sirios Ahmed Adnan Ahjam (37), Ali Hussain Shaabaan (32), Omar Mahmoud Faraj (39), tras soportar un cautiverio de trece años.
Mujica -un exguerrillero que estuvo recluido por más de una década, la mayor parte del tiempo en condiciones infrahumanas- aceptó un pedido de Barack Obama para aceptar la llegada de los seis hombres en calidad de refugiados.