Filadelfia (Estados Unidos) (AFP) – Marta es mexicana, Silvina y Carlos son argentinos y María Cecilia y Lorena son chilenas. Todos viven en Estados Unidos, uno solo indocumentado, y creen que la visita del Papa Francisco “tocó” a quienes rechazan una reforma migratoria.
Miles de latinoamericanos se dieron cita el sábado en el Independence Mall de Filadelfia, la cuna de Estados Unidos y lugar de la declaración de la independencia en 1776, para escuchar al Sumo Pontífice argentino hablar de inmigración y libertad religiosa.
“Fueron muy importantes las charlas que tuvo en Washington. Me parece que los tocó. Es una persona muy importante y los puso en un compromiso“, dice a la AFP el argentino Carlos Moreta, de 62 años y que trabaja en la distribución en un periódico local de esta ciudad del este del país.
A su lado, Silvina Ríos, de 37, también argentina y madre de un niño, asiente: “Espero que pueda ablandar los corazones de los congresistas. Ojalá haya un antes y un después”, afirma esta mujer que trabaja como niñera.
Desde su llegada a Washington, que incluyó una visita el miércoles al presidente Barack Obama en la Casa Blanca y un inédito discurso el jueves ante las dos cámaras del Congreso, Francisco ha insistido en la dignidad y valor de los inmigrantes, tanto legales como indocumentados.
El viernes, en Nueva York, el papa protagonizó un momento de mucha emoción con niños e inmigrantes en una visita a la escuela católica “Our Lady Queens of Angel” de East Harlem, tradicional barrio desfavorecido de mayoría latina.
– “Va a haber un cambio” –
Para Marta Domínguez, mexicana de Jalisco y que vive en Norristown (32 km al norte de Filadelfia), Francisco “puede interceder para ayudar a los inmigrantes y frenar las deportaciones”.
“Tenemos fe. Tiene mucha palabra de convencimiento”, dice este madre de dos niñas que llegó muy temprano al parque frente a la casa de la independencia junto con otros 200 miembros de la organización “Vamos Juntos”, que lucha precisamente por los inmigrantes y los derechos humanos.
La esperanza de Marta es compartida por Lorena Pablopulos, una chilena de 52 años que lleva 14 en Estados Unidos y se acercó a ver al papa con su hermana María Cecilia, de 55 y con 30 en el país.
“Va a haber un cambio, aunque lleve un tiempo. Con su visita hemos ganado en respeto“, señala Lorena, que también trabaja como niñera.
A su lado, su hermana recuerda que “la inmigración fue uno de los temas principales” que tocó Francisco en su gira estadounidense.
“Llegó a los corazones. Hasta lo hizo llorar”, recuerda María Cecilia en referencia a las lágrimas y posterior renuncia del presidente de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense, el conservador John Boehner.
Su partido se opone a la reforma migratoria impulsada por Obama para abrir la vía a la ciudadanía a los 11 millones de indocumentados -principalmente latinos.
– Validar la identidad –
Los latinos ocupan un porcentaje cada vez mayor entre el 20,8% de los estadounidenses católicos, según un estudio publicado este año por el Pew Research Center.
Del 29% en 2007 han pasado a representar el 34% en 2014. De su lado, los “blancos” han retrocedido del 65% al 59% en siete años.
El hecho de que Francisco pronuncie la mayoría de sus discursos y homilías en español es un “reconocimiento a la poderosa y vivaz fe latina”, dijo a AFP Christopher Born, director de la Escuela de Teología y Estudios Religiosos de la Universidad Católica de Estados Unidos (Washington).
“Al utilizar su lengua, el Papa está validando su identidad y su papel en la cultura y la Iglesia, especialmente con sus comentarios sobre la importancia de una política inmigratoria clemente, justa y compasiva en Estados Unidos“, explicó este experto.