Roma (AFP) – El papa Francisco partió este sábado de Roma, poco después de las 8H30 GMT, con destino a Cuba para impulsar la apertura del régimen castrista, después del deshielo entre La Habana y Estados Unidos, segunda etapa de su viaje.
El papa inicia esta gira de ocho días, la más larga de su pontificado, con una histórica visita de tres días a Cuba, donde irá al encuentro del pueblo cubano y se reunirá con los dirigentes de la isla en La Habana.
El avión del papa tiene previsto aterrizar en el aeropuerto de La Habana a las 16H00 locales (20H00 GMT), tras casi 12 horas de vuelo.
El martes por la tarde, Francisco se despedirá de Cuba y emprenderá vuelo rumbo a Washington, donde tiene dos importantes citas, una en el Congreso y la otra en la Casa Blanca. Después se trasladará a la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, y terminará su viaje con un encuentro mundial de familias en Filadelfia.
Francisco, el primer papa oriundo de América Latina, pisa por primera vez en su vida la isla de Cuba. Durante la visita, que genera gran expectativa en la población cubana, el papa Francisco hablará siempre en español, su lengua materna.
Se trata del décimo viaje al exterior del pontificado de Francisco, que comenzó en marzo del año 2013.
El pontífice llega a la isla caribeña en medio del entusiasmo de los cubanos, que le reconocen su histórica intervención diplomática para la reconciliación entre Cuba y Estados Unidos tras más de medio siglo de enfrentamientos.
El papa argentino permanecerá en la isla comunista del 19 al 22 de septiembre, tras lo cual partirá a Estados Unidos, segunda y última etapa de su periplo americano.
La víspera del viaje, Francisco elogió el ánimo con que los cubanos “afrontan las dificultades de la vida” en un mensaje divulgado por la televisión cubana.
Francisco, de 78 años, tiene previsto un programa muy denso, con 26 discursos -8 en Cuba y 18 en Estados Unidos-, cuatro de ellos en inglés.
Francisco será recibido por el presidente cubano, Raúl Castro, quien ha asegurado su presencia en todas las misas.
El Vaticano no descarta una reunión con el líder máximo de la revolución cubana y expresidente Fidel Castro, probablemente el domingo en La Habana. Un encuentro emblemático, entre dos figuras latinoamericanas de gran envergadura, que además se formaron con los jesuitas.
En la isla caribeña, el pontífice oficiará dos misas campales, en La Habana y Holguín (este), y una tercera en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, en Santiago de Cuba (este).
Se trata del tercer pontífice que visita la isla, 17 años después de Juan Pablo II y tres después de Benedicto XVI.
“Voy a ir también al Santuario de la Virgen del Cobre como un peregrino más, como un hijo que está deseando llegar a la casa de la madre”, confesó el papa antes de partir.
– Diálogo entre jóvenes cubanos y estadounidenses –
Fiel a su lema de predicar con el ejemplo, el papa conversó esta semana vía web con unos grupos de jóvenes estudiantes cubanos y estadounidenses para hablar de amor y fe. La iniciativa fue organizada por la agrupación Scholas occurrentes, una red de escuelas para el encuentro, creada a instancias del mismo pontífice y que actualmente trabaja en la integración social a través del deporte de jóvenes de todo el mundo.
El papa de los pobres, el defensor de la naturaleza, que denuncia la avidez de las multinacionales, llegará a una Cuba maquillada y engalanada para su visita.
En Holguín, fundada por los españoles en el siglo XV, bendecirá la ciudad desde la Loma de la Cruz y orará ante una cruz desde donde se puede ver toda la isla.
En Santiago, el puerto más grande en el extremo oeste de la isla, se reunirá con los obispos y rezará por el futuro de Cuba ante la venerada Nuestra Señora de la Caridad, en un país donde el catolicismo convive con la cultura afrocubana y muchos cubanos combinan misa con santería.
Si bien no tiene programado una visita a una cárcel, como es su tradición durante sus desplazamientos al exterior, obtuvo el indulto para 3.522 presos.
Antes de la visita, en una entrevista de la televisión de El Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos de El Vaticano, reconoció que espera que junto a la liberalización económica y el levantamiento del embargo impuesto por Estados Unidos a Cuba desde 1962, llegue también “una apertura en términos de derechos humanos”.
Algunas voces críticas han deplorado la reconciliación entre la Iglesia y el régimen de Castro, que dejó a los disidentes sin nadie que los escuche. El papa hasta ahora no tiene programado un encuentro con ellos.
El deshielo con Estados Unidos comienza a dar sus primeros resultados tras el anuncio el viernes de la retirada de numerosas restricciones comerciales.