Nueva York, 5 may (EFE).- Marchantes y coleccionistas de arte llegaron este jueves a Nueva York con ganas de reencontrarse tras el parón de la pandemia en la feria TEFAF, la más exclusiva del mercado y que encabeza la temporada de convenciones de este sector la Gran Manzana.
La joven edición neoyorquina de TEFAF precede así a la veterana de Maastricht (Países Bajos), aplazada por el coronavirus, y acoge hasta el próximo martes a más de 91 galerías de todo el mundo cargadas con miles de valiosas piezas que alcanzan millones de dólares.
El histórico edificio del Park Avenue Armory fue llenándose rápido en esta jornada previa a la apertura oficial, solo accesible por invitación y para medios, y pronto había corrillos que se saludaban por nombre y se abrazaban en las casetas dispuestas en toda la planta baja y el piso superior.
Cada detalle estaba pensado para cautivar los sentidos, desde los arreglos florales hasta el champán, los canapés de “filet mignon” y las ostras que repartían los camareros, o las obras de Anselm Kiefer y Carmen Herrera que decoraban espacios de descanso en un bar o un pasillo.
El colombiano León Tovar, uno de los promotores de arte latinoamericano más reconocidos y que tiene su galería en Nueva York, aseguró a Efe que durante la pandemia no hubo más remedio que “aprender a vender online, pero la gente quiere tocar y mirar”, y hoy se notaban las ganas.
Tovar, que se ha presentado en TEFAF Nueva York desde su inicio en 2016 y también durante varios años en Maastricht, resaltó el “exigente” proceso para ser expositor -“no apto para principiantes”-, en el que un comité de 200 expertos evalúa la selección que se ofrece antes de dar luz verde.
En este caso, el galerista propone una serie de obras relacionadas “con la tierra” y el legado constructivista del uruguayo Joaquín Torres García, con piezas de este artista y otros como Gonzalo Fonseca, Arnaldo Pomodoro o Lygia Clark, cuya “Bicho” (escultura geométrica que imita a una pajarita de papel) está a la venta por 2 millones de dólares.
La única galería española, Mayoral, trajo piezas de los artistas más importantes de la posguerra como Pablo Picasso, Salvador Dalí y Manolo Millares, con un rango entre los 35.000 dólares de una escultura textil de Aurelia Muñoz y los 2 millones de dólares de un cuadro estilo “povera” de Joan Miró.
“Hemos pasado la etapa dura de la pandemia, pero ahora el arte sigue, las subastas están saliendo bien y las ferias arrancan otra vez”, explicó a Efe Eduard Mayoral, que pertenece a la segunda generación de este negocio familiar de Barcelona, fundado por sus padres hace 30 años.
En un recorrido por los tesoros de la feria, cuyo precio solo se conoce al preguntar directamente a sus vendedores, destacaron dos cuadros de exponentes de “pop art”: “Figure with Banner”, de Roy Lichtenstein (5,5 millones), y “Piglet Goes Shopping”, de Keith Haring (5,5 millones).
“Los coleccionistas están más emocionados que nunca de reunirse, seguir conversando”, reiteró Katherina Neudeck, de la Galeria Karsten Greve, quien ofrece dos esculturas verticales con pequeños cojines de Louise Bourgeois redescubiertas hace poco, por 2,6 y 2,7 millones cada una.
Aunque no eran las más caras, también sobresalieron por su interés las primeras esculturas de arte africano clásico presentadas en TEFAF, la más cara de 700.000 dólares, y cuyo marchante, el francés Bernard Dulon, se mostró animado por encontrar “nuevos coleccionistas” tras el “impasse” pandémico.
Como evidencia del movimiento del mercado, las esculturas “Gorilles de pièrre” de François-Xavier Lalanne, destacadas por la feria en una lista, ya estaban “reservadas” una hora después de la apertura, según indicó una representante de la Galerie Lefebvre, que rechazó revelar su precio.
TEFAF encabeza la primera “Semana del Arte” de Nueva York, que concentra una veintena de eventos este mes, con otras ferias como Frieze, VOLTA y Future Fair; subastas en Christie’s, Sotheby’s y Phillips y exposiciones amplias en museos como el Whitney, que tiene su Bienal. Nora Quintanilla.
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