Ciudad de México, 29 oct (EFE).- La ilusión infantil de Joss Favela de hacer música se ha cristalizado para el cantautor, quien ahora es un referente del género regional mexicano y apunta a un nuevo sueño: seguir cantando y tener el respaldo del público en su carrera, según dice en entrevista con EFE.
“Yo quiero poder cantar, o sea lo que yo quiero, lo que amo, y tener un público que te respalde, por ahí va mi sueño, claro”, señala Favela, quien promociona su nuevo álbum “Aclarando la mente”.
El oriundo de Guamúchil, Sinaloa, no pierde ese aire infantil, casi el mismo que tenía cuando de niño apareció en el programa de televisión que lo impulsó en su carrera, y confiesa que a sus 31 años, no para de soñar.
Entre sus sueños, por ejemplo, está hacer colaboraciones con Alejandro Fernández, o que Chayanne y Marc Anthony graben alguna de las canciones que él compone.
“Hay muchos sueños y muchos artistas, lo importante es no dejar de soñar, es correcto, la ilusión, y como dicen: el tesoro está en la búsqueda”, comenta ilusionado.
REALIZADO MUSICALMENTE
El compositor de éxitos de agrupaciones como La Arrolladora Banda El Limón, Banda Los Recoditos, Julión Álvarez y Gerardo Ortiz, asegura sentirse realizado a nivel musical, en especial con su nuevo disco.
El álbum es un agradecimiento a su padre, quien lo impulsó desde una noche en la que, en su rancho de Guamúchil, le dijo que quería ser artista.
“Yo me siento pleno con mi disco, me gusta mucho. Se llama “Aclarando la mente” y lo disfruto, o sea, realmente digo: pues no sé si es comercial o no, no sé si es lo que está sonando ahorita o no, pero es hasta donde yo doy, hasta aquí da mi inteligencia y mi corazón para decir: esto es lo mejor que puedo hacer”, argumenta.
Este es el cuarto álbum de estudio de Favela y el más personal hasta la fecha.
“Aclarando la mente” incluye canciones sobre desamor, relaciones perdidas y dolores de crecimiento, incluyendo los sencillos “Gato De Madrugada”, “700 Días”, “Algo Transitorio” y “Yo Perdí”.
La producción, dice Favela, nació de una noche en la que estaba en Texas con Ricky Muñoz, del grupo Intocable, y recibió un mensaje que le “sacó de onda” (lo inquietó) y entonces su amigo le ofreció una botella de alcohol que le ayudó a “aclarar ciertas ideas”.
“Como que ese momento donde ya el vino es consejero o te ayuda a desglosar, te ayuda a “desmenuzar el pollito” y, entonces, me llevo la guitarra, obviamente, y empiezo la canción (Aclarando la mente)”, rememora.
Con esa primera letra nació toda la inspiración de los demás temas que conforman el álbum, aunque confiesa que actualmente componer le resulta más complicado en medio de su creciente éxito.
“Hay un momento donde ya hay más ocupaciones y más cosas que hacer y cada vez me es más difícil y, lastimosamente lo tengo que decir, sentarme y encontrar un tiempo (para escribir)”, lamenta.
VIVIR DE LO QUE AMA
Para Favela, la música y la composición, más que un trabajo, son su forma de vida. El cantante escribe con la autenticidad de un joven que vive en el mundo actual, pero arraigado a sus raíces, su rancho y abrazado a sus ídolos musicales como José Alfredo Jiménez, Joan Manuel Serrat, Joan Sebastian o Juan Gabriel.
“Nunca me ha gustado que se convierta como en una obligación, yo creo que ahí las canciones pierden gran parte de su esencia y no, no me gusta comprometerlas en ese sentido. A la inspiración la dejó ser”, elabora.
Para él, vivir de lo que ama es un privilegio, un premio que va más allá de los Grammys o sus reconocimientos como mejor compositor, galardón que ha ganado en tres ocasiones.
“Poder vivir de lo que amas cuando tú pensaste que era algo súper imposible o súper lejano, ese es el premio más hermoso y ojalá que sigamos construyendo eso a partir de cosas reales y cosas sinceras, y que la gente que nos sigue, pues sea fiel”, dice.
Se obliga, Joss, a no dejar de soñar. Y si algo pudiera decir al niño que hace 10 años soñaba con ser un artista, le diría que “los sueños, aunque suene trillado, se cumplen”.
“Que no piense que le tienen que pasar las cosas al mismo tiempo que el vecino”, apunta.
“Que cada quien lleva un momento y un espacio en su vida y un tiempo perfecto y cuando sucede es porque tiene que suceder. Que no se preocupe tanto, que disfrute el viaje, que está muy divertido y que le van a pasar cosas muy chingonas (buenas)”, concluye.
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