Los Angeles (AFP) – Los descontrolados incendios forestales que martirizan a Estados Unidos desde hace unos meses han ocasionado una hemorragia económica que se aproxima peligrosamente a los 1.600 millones de dólares gastados en 2002.
Solo la semana pasada, las autoridades desembolsaron el récord de 243 millones de dólares para combatir los fuegos, avivados por las altas temperaturas del verano boreal, según datos facilitados a la AFP por la portavoz del Servicio Forestal, Jennifer Jones.
“La temporada ha sido trágica este año con la muerte de siete bomberos”, lamentó el secretario de Agricultura, Tom Vilsack, citado por el diario USA Today. Actualmente hay 24.000 bomberos movilizados en todo el país.
Además, “está siendo un año récord” en el ámbito económico porque más de la mitad del presupuesto del Servicio Forestal ha sido gastado en los trabajos de extinción, precisó.
Las autoridades han empleado 1.230 millones de dólares en lo que va de año, pero la temporada de siniestros está lejos de terminar, por lo que no descartan alcanzar o superar los 1.650 millones de 2002.
Washington, Oregón y California, situados a lo largo de la costa oeste, y Alaska, en el noroeste, han sido los estados más afectados. Idaho, Montana, Nevada y Colorado (oeste) también han durante golpeados.
La Interagencia Nacional de Lucha contra Incendios (NIFC) contempla la posibilidad de superar este año los 40.000 km2 de superficie calcinada, un récord de 2006, ante las decenas de incendios que no han sido controlados todavía.
Por ahora se han contabilizado 36.000 km2 de terreno abrasado, más de la mitad en Alaska.
– California ante lo peor –
Las estadísticas indican que lo peor podría llegar próximamente.
Aunque la meteorología no es una ciencia exacta, “septiembre sigue siendo un mes con incendios por encima de la media en zonas al norte de las Montañas Rocosas y al sur de California”, en opinión de Jennifer Smith, portavoz de la NIFC.
La sequía que afecta el oeste del país ha jugado un papel clave en la proliferación y descontrol de los incendios.
En California en particular, que lleva cuatro años seguidos sumida en la aridez, los meses “más virulentos” son septiembre y octubre, tal y como subraya Lynn Tolmachoff, portavoz de la agencia estatal de incendios CalFire.
El cambio climático ha contribuido mucho a la magnitud de las catástrofes. Los seis fuegos más agresivos desde que la NIFC comenzó a clasificarlos en 1960 han ocurrido después de 2004.
“Hay investigaciones centradas en cómo afecta el cambio climático a la temporada de incendios”, apuntó Smith. “La temporada de incendios dura más y los fuegos son más extremos”.
El presidente Barack Obama, que desbloqueó ayuda federal ante la situación de emergencia que vivió el estado de Washington, volvió a hacer un llamado general para detener “lo antes posible” el calentamiento global.