Washington, 16 dic (EFE).- La Agencia de Alimentos y Fármacos de EE.UU. (FDA, en inglés) puso fin este jueves a una restricción clave para acceder a la píldora abortiva mifepristona, que permite acabar con el embarazo en las primeras semanas, en plena batalla legal por el aborto en el país.
En concreto, la FDA ha decidido eliminar el requisito de que las pacientes tengan que recoger la píldora abortiva en persona en un hospital o centro médico, con lo que ahora pueden ser enviadas por correo postal.
Mifepristona, que también se conoce por el nombre de la marca Mifeprex, fue aprobada en 2000 por la FDA, y es administrada junto a otro medicamento, misoprostol, para acabar con el embarazo durante los primeros 70 días de gestación (10 semanas).
Hasta ahora, la FDA requería a las pacientes que acudieran en persona a un hospital o centro médico a recoger la mifepristona.
Gracias a este cambio, la píldora abortiva estará más disponible para las mujeres que tienen dificultades para viajar, ya que puede ser recetada a través de servicios de telemedicina.
A principios de este año, la FDA había suspendido temporalmente el requisito de recoger en persona la pastilla debido a la pandemia, pero con la actualización de hoy será permanente.
La decisión se da a conocer en un momento en el que se libra una batalla en varios estados conservadores del país, que han impuesto restricciones al aborto, y que ha llegado al Tribunal Supremo.
Este asunto está muy polarizado, con los estados conservadores restringiendo el acceso al aborto y los liberales adoptando medidas para proteger este derecho.
En 19 estados, sobre todo del sur y el medio oeste, las consultas de telemedicina sobre el aborto están prohibidas, y es posible que tras la decisión de este jueves las autoridades de estas zonas aprueben legislación para restringir el acceso aún más.
A principios de este mes el Tribunal Supremo decidió dejar en vigor la práctica prohibición del aborto en Texas, que veta esta intervención a las seis semanas de gestación, pero deja presentar demandas en contra ante cortes de menor instancia, en respuesta a una denuncia presentada por organizaciones proaborto.
El Supremo también evalúa actualmente una ley similar en Misisipi, que prohíbe el aborto a las quince semanas de gestación y que constituye la causa más decisiva de las últimas décadas sobre la interrupción del embarazo, ya que aquí el tribunal debe pronunciarse sobre su constitucionalidad.
Desde que el Supremo legalizó el aborto en 1973 con su decisión “Roe contra Wade”, esa práctica se ha permitido en EE.UU. hasta el momento de “viabilidad” del feto fuera del vientre materno, un límite que ahora está en torno a las 23 o 24 semanas de embarazo.
El Gobierno del presidente de EE.UU., Joe Biden, es una de las partes que ha llevado la ley de Texas ante el Supremo.
La relajación de los requerimientos federales para acceder a un aborto con fármacos es una de las medidas que el Ejecutivo de Biden puede adoptar ante una posible revocación de “Roe contra Wade” con un fallo del Supremo a favor de las restricciones al aborto en Misisipi.
La decisión de este jueves de la FDA viene motivada por una demanda presentada por defensores del derecho al aborto que lograron que un tribunal federal ordenara el año pasado que el regulador levantara temporalmente las restricciones a la píldora abortiva relativas al envío del fármaco vía correo postal, en medio de la pandemia.
Previamente, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) interpuso una demanda en 2017 en nombre de varias clínicas y organizaciones que proporcionan servicios abortivos.
En un comunicado, ACLU destacó que la decisión de la FDA se produce en un momento “de crisis” para la libertad reproductiva tras el fallo de la semana pasada del Supremo sobre Texas, que dejó en pie el veto al aborto en este estado, y cuando parece encaminarse a revocar o socavar “Roe contra Wade”.
ACLU explicó que la FDA envió este jueves una carta a los demandantes para informar de que iba a levantar la restricción a la píldora abortiva, una limitación que calificó de “médicamente innecesaria” y “anticuada”.
“Este requisito (de recogerla) en persona ha distinguido durante mucho tiempo a los pacientes de mifepristona, sin ninguna razón médica”, indicó ACLU, que subrayó que hasta ahora este fármaco era el único de los 20.000 aprobados por la FDA que requería ser recogido en un centro médico.
Pese al levantamiento de la restricción, ACLU lamentó que el regulador no haya eliminado el requisito de que las pacientes firmen un documento especial para que se les recete, así como que los médicos que lo prescriban tengan una certificación especial.
De acuerdo datos del Intituto Guttmacher, una organización que defiende los derechos reproductivos, en 2017 un total de 339.640 pacientes recibieron fármacos abortivos, lo que supone el 39% de todos los abortos que se llevaron a cabo ese año.
La FDA calcula que 3,7 millones de mujeres han tomado la píldora abortiva entre 2000 y 2018.