México (AFP) – Cuatro funcionarios mexicanos, encargados de vigilar la celda de la que escapó el narcotraficante mexicano Joaquín ‘Chapo’ Guzmán, fueron acusados por delito de evasión de presos, informó el lunes el Consejo de la Judicatura.
Un juzgado federal de Toluca (centro del país) acusó a cuatro funcionarios de la cárcel de máxima seguridad de Almoloya de no atender “los protocolos de seguridad ni la normatividad a la que estaban obligados” y de “no informar oportunamente de la evasión”, lo que impidió “activar el código rojo” para evitar la fuga, dijo el consejo en un reporte difundido a la prensa.
La acusación formal contra estos cuatro funcionarios, dos encargados de la vigilancia y dos agentes de inteligencia nacional, se suma a la de otros tres acusados por el mismo delito el 24 de julio.
Los cuatro funcionarios trabajaban en el centro de vigilancia del centro penitenciario y tenían asignada la vigilancia de Guzmán Loera a través de las cámaras instaladas en su celda y en el pasillo en el que estaba su calabozo.
Joaquín Guzmán Loera, considerado el narcotraficante más poderoso del mundo y que fue capturado en febrero de 2014, se escapó por segunda vez de una cárcel de máxima seguridad durante la noche el 11 de julio, escabulléndose por un agujero en la ducha de su celda que conducía a un túnel de 1,5 km hacia el exterior.
El juzgado determinó que, en el momento en el que Guzmán Loera se escapaba, “no hubo fallos en el sistema de monitoreo de la celda” del capo, que en 2001 se había fugado en un carrito de lavandería de otro centro similar.
Los otros tres acusados son el encargado del centro de vigilancia y dos custodios destacados en el área de tratamientos especiales, donde estaba encerrado Guzmán Loera, y que no contestaron el teléfono durante la emergencia.
Los siete acusados fueron detenidos el 17 de julio, pero inicialmente un juez no había encontrado elementos para juzgar a los últimos cuatro.
Las autoridades judiciales han asegurado que Guzmán Loera contó con datos estratégicos y logísticos de la penitenciaría y que los funcionarios y custodios favorecieron y propiciaron la fuga. La fuga de Guzmán, de 58 años, fue un duro golpe para el Gobierno mexicano, que ahora ofrece 3,8 millones de dólares por su captura.