Transporte en México, una guerra contra los buenos

  En 1872 el líder anarquista Mijail Bakunin advirtió a Karl Marx de que si los comunistas llegaban al poder serían tan represores como la aristocracia a la que sustituían. (Ken Follet)

Por Oscar Müller C.

Vista desde lo alto, aquella colina parecía un hormiguero, en ella se encontraba la plaza central de la Urbe Romana, en la época imperial hace más de dos siglos. En la parte baja se vendían los alimentos comunes: granos, verduras y carne un piso más arriba se vendían enseres creados por los artesanos, desde herramientas de hierro para la agricultura, hasta ollas para la cocina y telas de todo tipo y, en la parte superior, se vendía lo que se consideraba de lujo y estaba al alcance de tan solo las clases más pudientes, quienes iban acompañados de esclavos que impedían a los curiosos estorbar a sus amos.

Uno de los puestos mas visitados era el de un comerciante que demostraba las cualidades de su mercancía arrojando al aire un retazo de cierta tela que pareciera ir flotando mientras caía lentamente debido a su extraordinaria ligereza, provocando la codicia de sus clientes anunciando que no solo era ligera, sino también muy resistente y en la piel se sentía como una caricia.

-Es la tela traída de la lejana Xeres-, mencionaba, - se elabora con hilo que producen los gusanos de un árbol especial con su baba y no hay nada que se le compare en el mundo-. Gritaba anunciando su producto.

Y si mi estimado lector ha pensado en la seda, ha acertado, hace más de dos mil años, ya existía comercio entre el territorio que hoy conocemos como China y las grandes ciudades de la Europa Occidental, el recorrido duraba más de un año, pero valía la pena pues las ganancias eran grandes, dado el alto precio de la tela tan preciada y a la vez tan solo al alcance de una elite que podía darse el lujo de vestir prendas elaborada con aquel tejido.

Con la decadencia de Roma el comercio con Xeres fue aminorando hasta extinguirse totalmente y no es sino hasta la tardía edad media que renace este comercio en el que las mercancía recorrían lo que se conocía como la “ruta de la seda”, fue a finales del siglo XIII que un comerciante que recorriera toda aquella ruta y viviera durante algunas décadas en Mongolia y China, que al volver a su tierra fue hecho preso y narró sus aventuras a un escritor, surgiendo la obra que hoy conocemos como “Los viajes de Marco Polo”.

En el libro sobre la vida de este insigne veneciano, denominado “El Viajero”, escrito por Gary Jennings, se relata una descripción del viaje que me llamó la atención y que ahora se relaciona con el tema de esta aportación: menciona Marco Polo que luego de recorrer un país montañoso y frío, que muy bien pudiera corresponder a lo que ahora comprenden Pakistán y Afganistán, llegaron a un territorio árido, que debe referirse al Desierto de Gobi, en donde los carruajes en que transportaban la mercancía tenían ruedas que superaban la altura de un hombre, esto debido a que el camino estaba tan ahondado que el terraplén del centro era muy alto.

Cuando leí aquello me vino la reflexión sobre cuantos siglos debieron de haber pasado circulando carromatos por aquel camino para crear aquel fenómeno. Durante miles de años la ruta de la seda fue el camino seguro por el que los comerciantes transportaban sus mercancías sin ser asaltados y muertos.

La explicación es solo una; el comercio representaba riqueza, pues al ir pasando por los distintos reinos, se pagaban alcabalas que permitían mantener ejércitos que controlaban a los asaltantes y así todos ganaban: los señores de las tierras, los comerciantes y los consumidores a quienes llegaban las mercancías que satisfacían sus demandas. Era un juego de ganar/ganar.

México me duele, el transporte está siendo atacado por la delincuencia. Los camioneros son detenidos y les quitan la mercancía y el transporte a punta de armas, sin que exista una fuerza policial capaz de impedir esto. Las cámaras de transporte se han manifestado e inclusive han cerrado carreteras en protesta por la situación que se vive, otros han optado por contratar su propia guardia que se ve inútil ante el poder de armamento y logístico de los criminales, los asesinatos de choferes y guardias es cosa de todos los días en este México lacerado.

Es un juego de perder/perder, pierden los transportistas, pierden los consumidores pues lógicamente esta situación encarece el transporte en forma exponencial y por consecuencia el precio de los productos y pierde el gobierno al dejar de percibir los impuestos que implica la circulación de bienes de consumo.

Si mi estimado lector ha visto el aumento desproporcionado en las mercancías, incluyendo la de los alimentos, ahí encuentra una de las principales causas para que el producto de su trabajo y esfuerzo le rinda cada vez menos.

La situación esta a la vista de todos, esa política de abrazos no balazos solo ha traído el beneficio de los malos en deterioro de la forma de vida de quienes trabajamos y nos esforzamos y el empecinamiento del gobierno de López Obrador, en esta actitud frente a la delincuencia, solo puede obedecer a una supina ignorancia o a un contubernio explicito o implícito para que la delincuencia se empodere en el país y así debilitar a la sociedad y someterla.

Una perversidad tan grande que muchos se niegan a aceptar, escondida tras la máscara de una política de seguridad pública cuya ineficacia tenemos a la vista, de la que somos víctimas y que la candidata Sheinbaum ha prometido continuar.

El domingo dos de junio, se van a llevar a cabo elecciones en México. Tú participación es muy importante, pues la democracia se construye con un voto a la vez y es la herramienta con la que contamos para lograr un mejor México. Nuestros paisanos en el extranjero tienen ahora una gran decisión para lograr que quienes continuamos nuestro país podamos ir reconstruyendo la gran nación que hemos heredado.

 

Oscar Müller Creel

Oscar Müller Creel