Compton (Estados Unidos) (AFP) – La película “Straight Outta Compton” ha vuelto a poner en el mapa el suburbio angelino de Compton, la cuna del “gangsta rap” del oeste estadounidense con músicos tan famosos como Dr. Dre, Ice Cube Y Kendrick Lamar, que antaño fue la voz contra las desigualdades de los negros.
La cinta rememora los años dorados del grupo N.W.A., fundado a finales de los 80 precisamente por Ice Cube, Dr. Dre y otros tres compañeros, que se convirtieron en los reyes del género “gangsta rap”, un subgénero del rap que se enfoca en relatar historias de pandillas y violencia callejera.
Juntos cantaron las diferencias y los abusos policiales que sufrían los jóvenes negros, y desafiaron en voz alta a las autoridades, provocando un movimiento social de apoyo muy fuerte para la época.
Aunque pasa de puntillas por los problemas relacionados con el narcotráfico y el crimen organizado, que siempre han envuelto esta pequeña ciudad de menos de 100.000 habitantens, esta cinta biográfica ha recaudado en apenas 10 días unos 60 millones de dólares.
La película está dirigida y producida por F. Cary Gray, autor en 2003 de la multipremiada “The Italian Job” (“La estafa maestra”), con un elenco de estrellas que incluyó a Mark Wahlberg, Charlize Theron, Donald Sutherland y Edward Norton.
Ahora, la inesperadamente alta recaudación de “Straight Outta Compton” ha refrescado las reivindicaciones que hacía N.W.A. y ha infundado de nuevo un halo de fama a la ciudad que muchos esperan aprovechar.
El astuto Hodari Subadu, por ejemplo, cruza los dedos para que su negocio como guía turístico viva un repunte ante la llegada de curiosos, ya que el film ha sido todo “un anuncio” para él.
Lo mismo piensa Lonzo Williams, el productor musical que descubrió a Dr. Dre y que aparece al principio de “Straight Outta Compton”. Gracias al éxito de la cinta, tiene la esperanza de convertirse pronto en “una celebridad”.
Al margen de la popularidad que puedan adquirir sus locales nocturnos, Williams confía que la ola del éxito ayude a promocionar su futuro libro, que contará “todos los detalles sobre la historia” de N.W.A., a quien ayudó a grabar su primer sencillo.
Este productor asegura que el “gangsta rap”, si bien ya es sinónimo de Compton, fue también como un caramelo envenenado.
“Dio muy mala reputación a la ciudad”, explica. “Cuando escuchábamos algunas canciones daba la impresión de que las calles estaban llenas de muertos”.
– ¿Cambios? –
El consejero de la universidad californiana de UCLA Masai Minters, nacido en Compton, estima que su ciudad ha sido siempre injustamente representada tanto en el cine como en la música.
“Tenemos buenos barrios con bonitas casas y un sentido de la comunidad único”, defiende.
La seguridad que se respira en sus calles es uno de los puntos más críticos, porque sigue dividiendo a los ciudadanos.
Hace tiempo que la tasa de asaltos disminuyó, pero en la retina de muchos está el conflicto que protagonizaron los Crips y los Bloods, dos bandas rivales que hicieron de la ciudad su campo de batalla.
“El ‘gangsta rap’ nació en medio de todo esto. Cuando las cosas comenzaron a ponerse más violentas, la música lo reflejó“, explica el cineasta Jo Brown, quien no está vinculado con la película.
El estreno de la cinta –que llegará el 13 de noviembre a España pero aún carece de una fecha prevista en Latinoamérica– también ha puesto de relieve que los problemas que N.W.A. denunciaba están a la orden del día en la sociedad estadounidense.
La muerte del joven Michael Brown el año pasado en la ciudad de Ferguson, en Misuri (centro) avivó una ola de manifestaciones en todo el país.
“Nada ha cambiado” en todo este tiempo, apunta Minsters. “Seguimos afrontando los mismos problemas que entonces: empleo y malas actuaciones policiales. Las cosas son difíciles para los jóvenes negros”.
El periodista Corey Takahashi, profesor en la universidad de Syracuse, arroja datos sobre la mesa para defender los cambios que ha vivido Compton, donde los latinos son mayoría ahora. “En 1989 la ciudad registró 86 asesinatos. En lo que va de año sólo ha habido siete”.