Washington, 15 ene (EFE News).- Con sus monumentos más emblemáticos resguardados por vallas metálicas y soldados y policías uniformados apostados en puntos estratégicos, Washington comenzó este viernes la cuenta regresiva para albergar el próximo miércoles el acto de investidura del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, tras el asalto de la semana pasada al Capitolio.
El miedo a otro brote de violencia política ha llevado a las autoridades a blindar como nunca antes la capital de EE.UU., que es por estos días epicentro de una serie de investigaciones que buscan determinar cómo un grupo de seguidores del presidente saliente, Donald Trump, superó la seguridad del complejo del Legislativo.
El asalto, que superó cualquier secuencia recreada por Hollywood, causó la muerte de un policía del Capitolio y de cuatro personas más.
Este viernes, el diario The Washington Post reveló que los manifestantes se acercaron “peligrosamente” al vicepresidente estadounidense, Mike Pence, quien presidía la sesión conjunta del Legislativo en que se iba a certificar la victoria electoral de Biden.
CIERRES DE ESPACIOS
De cara a la ceremonia 59 de transmisión de mando, las autoridades ordenaron el cierre del National Mall, el parque que alberga los monumentos y la famosa explanada que suele albergar multitudes durante esta pomposa actividad.
Esta vez, los informes que han alertado sobre la amenaza de protestas armadas en la capital y en otros puntos del país y la pandemia de covid-19 obligaron a cambiar el libreto.
Además de la clausura del National Mall, en vigor desde este viernes y hasta al menos el 21 de enero, el Servicio de Parques Nacionales dispuso el cierre de distintas vías, algunas de ellas en los alrededores de la Casa Blanca. Esa dependencia señaló que los eventos relacionados con el traspaso de mando “serán producidos únicamente para una audiencia televisiva, sin audiencia en vivo, y no habrá el desfile inaugural tradicional”.
Informó de que se han destinado espacios específicos para manifestaciones, en las que deberán seguirse las recomendaciones para evitar la propagación del coronavirus.
En un mensaje, la alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel Bowser, alentó a los residentes de la ciudad y a los estadounidenses de todo el país “a quedarse en casa y participar de manera totalmente virtual” en los actos de la inauguración presidencial.
“Los habitantes de Washington deben evitar todos los viajes no esenciales al centro y cerca del Capitolio”, agregó la mandataria, al confirmar el cierre de 13 estaciones del Metro y el desvío de rutas de transporte.
De igual forma, se ha confirmado la llegada de unos 7.000 integrantes de la Guardia Nacional a la ciudad, cifra que se espera supere los 20.000 para el miércoles.
TRAS LA PISTA DE LOS ASALTANTES
Este viernes se conoció que los departamentos de Justicia, Defensa y Seguridad Nacional investigarán la seguridad del Capitolio antes del asalto, ocurrido el 6 de enero.
La Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia, Michael Horowitz, examinará información relevante sobre los hechos, el grado en que ese departamento compartió información con la Policía del Capitolio y otras agencias federales, y el papel del personal de esa dependencia “en respuesta a los eventos”.
Por su parte, el Buró Federal de Investigación (FBI) está investigando a 37 personas en relación con la muerte del policía del Capitolio Brian Sicknick, que fue golpeado con un extintor en la cabeza durante la irrupción violenta, según un informe obtenido por el diario The New York Times.
Ya el jueves se conoció que 34 congresistas demócratas firmaron una carta para pedir que se investigue la “sospechosa” visita al Capitolio de trumpistas invitados por algunos legisladores republicanos en la víspera del asalto, pese a que las giras están suspendidas, y que incluyeron zonas delicadas para la seguridad.
En declaraciones recogidas por el Post, agentes de la policía de Washington que defendieron el Capitolio compararon el suceso con una batalla medieval de bárbaros en la que temieron por su vida tras ser atacados y golpeados violentamente.
“No estábamos luchando contra 50 o 60 alborotadores (…). Estábamos luchando contra 15.000 personas. Parecía una escena de una batalla medieval”, dijo uno de ellos, Michael Fanone.
En los vídeos publicados en internet sobre el asalto puede verse cómo la turba arrastró a este agente por los escalones del Capitolio y le golpeó de forma violenta.
Era una lucha “cuerpo a cuerpo”, como una escena de bárbaros, en la que fueron golpeados con sus propias porras y escudos, precisó.
TRUMP IRÁ A FLORIDA. CALIFORNIA Y MICHIGAN TAMBIÉN SE PROTEGEN
Y mientras medios locales han anticipado que Trump se desplazará la mañana del miércoles próximo a su club Mar-a-Lago de Florida para pasar sus últimas horas como presidente, se ha conocido que los gobernadores de Michigan y California han movilizado tropas para resguardar sus capitolios.
Trump dejará Washington el miércoles por la mañana, justo antes de la toma de posesión del demócrata, a la que anunció que no asistirá, indicaron las versiones.
Por su parte, la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, ha movilizado a la Guardia Nacional para velar por la seguridad del Capitolio en Lansing, la capital de ese estado, a donde el año pasado un grupo de personas irrumpió durante una manifestación en contra de las medidas para evitar la propagación de la covid-19.
El gobernador de California, Gavin Newsom, también autorizó que 1.000 soldados de la Guardia Nacional apoyen las labores de seguridad y ordenó erigir una cerca de alambre en torno al Capitolio en Sacramento, la capital estatal. Info, Mi Ciudad Tv