29/12/2016. El océano devora la costa de Miami Beach a una velocidad de 0.84 centímetros por año, lo que lleva a inversiones sin precedentes para recrear este paraíso, mientras los políticos debaten si el fenómeno es atribuible al calentamiento global.
Las costas de Florida son conocidas ya como la “zona cero” para las inundaciones de las crecidas del mar. El aumento del nivel del mar es un fenómeno bien documentado que afecta a todo el estado de la Florida desde los Cayos hasta San Agustín, afirman expertos.
Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, el mar aumentará globalmente cerca de un metro de altura el próximo siglo e indudablemente eso traerá importantes daños sociales y económicos.
Las inundaciones tendrán probablemente un impacto devastador en la economía de Miami Beach en los bienes raíces y comercios que han experimentado un auge en los últimos años.
Se calcula que el aumento del nivel del mar por sí solo dañará propiedades valoradas en unos 15 mil millones de dólares a lo largo de la costa del sur de Florida.
Simultáneamente la erosión costera ejercerá una enorme presión sobre el turismo de playa, una de las mayores fuentes de ingresos del área.
Miami Beach activó un plan de rescate de 400 millones de dólares, que incluye soluciones para aguas pluviales y estructuras de prevención de inundaciones.
Pero esta ciudad es una de las más bajas del país, con la mayoría construida a sólo 60 centímetros sobre el nivel del mar.
Científicos de la Universidad de Miami han analizado los registros de mareas, reclamaciones de seguros y pluviómetros para concluir que las inundaciones por lluvias han aumentado 33 por ciento, mientras que las inundaciones de marea repuntaron 400 por ciento desde 2006.
Pese a que muchas de las inundaciones se deben al fenómeno llamado “King Tide”, común entre octubre y noviembre, Miami Beach es una de las ciudades que presenta más riesgo por el aumento del nivel del mar debido al calentamiento global, según expertos.
El aumento del nivel del mar en la costa suroriental de Florida, donde se encuentra Miami, ha sido de 30 centímetros desde 1870, mientras que el promedio mundial fue 20 centímetros, según la World Resources Institute (WRI).
El temor de una ciudad sumergida ha provocado una preocupación masiva entre los funcionarios del gobierno local, sobre todo del alcalde Philip Levine, pionero en la lucha contra el aumento del nivel del mar a través de programas de expansión y obras públicas.
“Florida necesita que (Donald) Trump la proteja del cambio climático con una pared”, dijo recientemente el alcalde Levine.
“No veo cómo esta ciudad va a derrotar el agua”, dijo Brent Dixon, un residente de Miami Beach que planea desplazarse hacia el norte lejos de la costa en previsión del empeoramiento de las mareas.
Estas preocupaciones han adquirido una nueva urgencia desde la elección presidencial de Trump, quien hace mucho tiempo es escéptico del fenómeno y dijo en 2012 que era un concepto “creado por los chinos para hacer que la producción estadunidense no sea competitiva”.
Trump, un promotor de bienes raíces, es también el propietario de varias propiedades en el sur de la Florida, incluyendo Mar-a-Lago, un amplio sitio que se extiende entre el océano Atlántico y el canal intracostero en Palm Beach.
La reciente selección de Myron Ebell para liderar su equipo de transición de la Agencia de Protección Ambiental intensificó estas preocupaciones en Florida y entre muchos científicos del clima.
Ebell ha ayudado a dirigir la campaña contra el consenso científico de que el calentamiento global es real y es causado por las personas. Notimex