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Aprender una segunda lengua puede proteger contra el Alzheimer.

Los autores del trabajo, liderado por la psicóloga Ellen Bialystok y sus colegas de la Universidad de York, han analizado recientemente a cerca de 450 pacientes que habían sido diagnosticados con Alzheimer. La mitad de estos pacientes eran bilingües, y la mitad hablaban una sola lengua.

De este modo, el estudio, que publica Fox News y recoge Europa Press, demuestra que, si bien todos los pacientes analizados tenían niveles similares de deterioro cognitivo, los investigadores encontraron que aquellos que eran bilingües y que habían sido diagnosticados con la enfermedad de Alzheimer cuatro años más tarde, de media, que los que hablaban una sola lengua.

Además, quienes hablaban más de un idioma explicaron que sus síntomas habían comenzado unos cinco años más tarde que los que hablaban una sola lengua.

“Lo que hemos podido demostrar es que de estos pacientes, aunque todos habían sido diagnosticados con la enfermedad y tenían el mismo nivel de deterioro, los bilingües, resistieron entre cuatro y cinco años más, lo que significa que tienen más poder para hacer frente a la enfermedad”, cuenta Bialystok.

Los investigadores consideran que protección se debe a diferencias cerebrales entre los que hablan un idioma y los que hablan más de uno. En particular, los estudios muestran que las personas bilingües ejercitan una zona del cerebro llamado el sistema de control ejecutivo.

EJERCITAN LA PARTE “MÁS IMPORTANTE” DE LA MENTE

“Este sistema incluye partes de la corteza prefrontal y otras áreas del cerebro, y es la base de nuestra capacidad de pensar de manera compleja”, afirma Bialystok, que explica que es la parte “más importante” de la mente”. “Es la que controla la atención y nuestros pensamientos más complejos”, añade.

Según puntualiza la experta, la gente bilingüe tiene que ejercer constantemente este sistema cerebral para evitar que sus dos lenguas interfieran la uno con la otra. “Su cerebro tiene que ordenar a través de múltiples opciones cada palabra, alternar entre los dos idiomas”, señala.

Finalmente, la investigación sugiere que estos beneficios del bilingüismo no se aplican sólo a aquellas personas que han sido educadas para hablar un segundo idioma desde su nacimiento, sino también a todas aquellas que aprenden una lengua extranjera en su madurez.

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