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A Bailar Conga en Mi Buenos Aires Querido.

Por: Ignacio L. Prieto.

Cuando pensamos en la capital de la Argentina, nos vienen a la mente esos calibrados tangos de Gardel, bailados al estilo de una auténtica batalla campal en la grada del Monumental o la Bombonera, para ver si River o Boca, cuál de los dos, baila mejor con la pelota. Esa es la atmosfera cautivadora de Buenos Aires, donde todo suena a acento porteño, mezclado con mate y con fernet. Pero ahora en la Argentina, y especialmente en Buenos Aires, además de su tango que no le teme a los años, quieren bailar a ritmo de conga, ese contagioso y armónico baile o género musical popularísimo en las Antillas y en especial en Cuba. La Conga, a diferencia del viejo Tango, se baila en grupos y el detalle está en que los bailadores repitan de manera casi perfecta, los mismos movimientos, mientras se desplazan de un lugar a otro. El o está en mantenerse en movimiento repetitivos, aún cuando al cantar, lo único que se escuche sea, “uno, dos y tres, uno, dos y tres, que paso ma’ chévere, que paso ma’ chévere, el de mi conga e’”.

Pues esa parece que será la cierta suerte de los de la tierra de San Martin, ahora que, tras cuatro años de gobierno de Mauricio Macri, decidieron elegir, una vez más, a un referente del ya viejo y desgastado peronismo-kichnerista. No quiero meterme en asuntos de crítica mordaz a los que decidieron que los destinos de Argentina debieran estar en manos de Alberto Fernández, pupilo del fallecido Néstor Kichner, y menos aún catalogar de demencial –perdónenme, no quise llamar loco a nadie, que incluso la compañera de fórmula de Alberto, sea nada más y nada menos, que la Sra. Cristina Fernández de Kichner, la misma que ya había gobernado el país desde 2007 hasta el 2015, y que si le contamos el tiempo que estuvo viviendo en la Casa Rosada mientras su esposo gobernaba, ha estado nada más y nada menos que 12 años viviendo en la residencia presidencial. Nada que a la señora Cristina le fascina esa casona.   Pero volviendo a la conga, y al parecer la buena conga cubana que quieren meter en la capital del Tango, la ceremonia de Toma de Posesión presidencia, acontecida el pasado martes 10 de diciembre, estuvo para la historia con la ausencia de todos los mandatarios del área, salvo la excepción de los presidentes Sebastián Piñera de Chile, Mario Benítez de Paraguay y Tabaré Vázquez de Uruguay. Aunque a decir verdad falta mencionar a otro personaje también presente, y es aquí donde la conga se pone ma’ caliente. Aterrizó también en Buenos Aires, Miguel Diaz-Canel de Cuba, a quien se me hace difícil buscarle una posición. Presidente no es porque a él nadie lo eligió, y el titulo de dictador le queda bien grande. Digamos que es ahora por suerte o por desgracia la cara del des-gobierno que des-gobierna Cuba. Allí en presencia de esa contagiosa peña de izquierdistas trasnochados argentinos, los mismos que idolatran al Che Guevara, y dicen que Fidel fue un héroe, el pelele de Cuba, se refirió al triunfo de Fernández, como a otro “triunfo de la Revolución cubana”. Nunca he entendido donde esta ese triunfo cacareado por los gobernantes cubanos, primeros apellidados Castro y luego de esta cosa puesta a de’ o, pero una isla que lleva 60 años en constantes decadencias, no tiene motivo alguno para celebrar triunfos, sino lo contrario.

Y así van las cosas ahora, a pasito de conga, y quizás con más fuerza, se quiera meter el mismo flagelo venenoso que ya dio culata en Venezuela, y que ahora aflora en la Argentina. La actual Vice, quizás, mientras tuvo la sartén en la mano, descuidó las instrucciones desde La Habana, de que democracia es sinónimo de mal, y lo mejor es hacer como hacen en Venezuela, uno que otro paripé, y al final todos siguen bailando la Conga. Para colmo de males, hoy llegó el caído en desgracia Evo Morales, quien ya había pasado por México, ahora con su López Obrador, y también por Cuba, y que ahora se acoge a los beneficios del asilo en Argentina. Solo faltan por llegar el Lula Da Silva, el Rafael Correa, el Petro colombiano, el ya mencionado López Obrador y cualquier chileno del momento. Todos felices reunidos para celebrar las protestas de violenta in-justificación en Chile, Colombia y Ecuador, pero callar ante la represión excesiva contra los estudiantes en Venezuela, o las Damas de Blanco en Cuba. Nada que el espectáculo de bailadores está ya listo para saltar al escenario. ¡Ponme conga, mulata que en Buenos Aires, está la 

 

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