Lima (AFP) – Con biblia en mano y vestidos de cura para pasar desapercibidos, un grupo de policías siguió y permitió la captura de una vendedora de drogas en un barrio de la capital, Lima, en momentos en que las autoridades buscan combatir una creciente ola de delincuencia en el país.
“Utilizamos diversos tipos de fachadas (disfraces) para ser más efectivos y cuidar a la población en lugares de alta delincuencia”, dijo a la AFP el coronel Darío Calvo, jefe de la Compañía de Inteligencia Táctica Operativa Urbana de la Policía (Grupo Terna).
“Como luchamos contra la criminalidad, tenemos que ser un poco ingeniosos para camuflarnos y capturar a los delincuentes”, comentó Calvo el accionar de la Policía, que el lunes realizó una operación sorpresa para capturar a una mujer que vendía drogas en el distrito limeño de San Juan de Lurigancho, el más poblado del país.
Antes de la captura, un grupo de policías vestidos de sacerdotes la siguieron por dos semanas, logrando registrar cada uno de sus movimientos para poder incriminarla.
“Lo que no queremos es incomodar a la sociedad, esto es muy efectivo. Nosotros lo hemos copiado de la policía francesa”, explicó el jefe del grupo policial, cuyos miembros también se disfrazan de mendigos, orates y vendedores ambulantes, para su trabajo de inteligencia.