Washington (AFP) – ¿El gigante de internet Amazon es un lugar de trabajo que maltrata a sus empleados o un centro de innovación que los presiona para que alcancen todo su potencial? La polémica estalló a partir de una nota publicada en el New York Times el lunes.
Según el artículo publicado el fin de semana -que se basa en entrevistas a más de 100 empleados y exempleados del gigante del comercio en línea- Amazon está realizando “un experimento sobre qué tanto puede presionar a sus oficinistas”.
El reporte describe un ambiente de trabajo en el que se busca enfrentar a los empleados para incrementar la productividad. “He visto llorar en su escritorio a casi cada persona con la que trabajé“, relata uno de los entrevistados.
El fundador y director ejecutivo de Amazon salió rápidamente a refutar la versión, indicando que el artículo “no describe el Amazon que conozco”.
El Times “asegura que nuestra intención es crear un lugar de trabajo sin alma, donde no hay diversión y no se escuchan risas”, dijo Bezos en un mensaje a sus empleados publicado el lunes en varios sitios de internet.
“No reconozco este Amazon y espero que ustedes tampoco. Incluso, no creo que ninguna compañía que adopte ese enfoque pueda sobrevivir, mucho menos desarrollarse, en el altamente competitivo mercado de contrataciones en el sector tecnológico”, añadió.
El artículo generó más de 3.600 comentarios de lectores en el sitio internet del New York Times y provocó reacciones encontradas en Twitter de responsables de varias empresas de Silicon Valley, entre quienes defendieron a la compañía y quienes coincidieron con la visión del periódico.
El artículo del NYT llega en un momento en el que el título de Amazon está en su nivel más alto en la bolsa, tras la expansión de la compañía por las ventas minoristas de archivos informáticos en la nube, videos en línea y una amplia gama de servicios.
La acción de Amazon prácticamente duplicó su valor desde el año pasado y Bezos se ha convertido en una de las personas más ricas del mundo, con una fortuna estimada en 47.000 millones de dólares.
Amazon ya había sido cuestionado en el pasado por las condiciones de trabajo que impone a los trabajadores de sus centros de distribución de envíos.
