Tokio (AFP) – Japón conmemoró este sábado su capitulación sin condiciones el 15 de agosto de 1945, que puso fin a la Segunda Guerra Mundial, entre críticas de sus vecinos y la visita de tres ministras al controvertido santuario de Yasukuni, que honra a soldados muertos en combate y también a criminales de guerra.
Haruko Arimura, ministra de políticas de Mujer; Sanae Takaichi, titular de Asuntos de Interior y Comunicación; y Eriko Yamatani, encargada de océanos y catástrofes, visitaron el santuario sintoísta, situado en el centro de Tokio.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, no visitó el santuario, considerado por China y Corea del Sur un símbolo del pasado colonial de Japón, pero sí hizo llegar una ofrenda ritual, informaron los medios japoneses. No obstante, China no dejó de criticar este sábado con virulencia la visita de sus tres ministras.
Yasukuni rinde homenaje a unos 2,5 millones de soldados muertos, pero la cólera de los países vecinos de Japón procede de la inscripción en 1978, en secreto, de los nombres de 14 criminales de guerra condenados por los aliados.
“Vengo a homenajear a aquellos que se sacrificaron por su país” y “recé por que se mantengan los esfuerzos en favor de la paz en Japón y en el mundo”, declaró Arimura a los periodistas. “Se trata de una cuestión nacional y esto no debería generar problemas diplomáticos”, subrayó, por su parte, Takaichi.
El emperador Akihito, hijo de Hirohito, quien reinó durante la guerra, pronunció más tarde un discurso en presencia de Abe y de 7.000 personas en Budokan, en el centro de Tokio. Akihito, quien nunca ha visitado Yasukuni, expresó sus “profundos remordimientos” por el papel de su país durante la Segunda Guerra Mundial, una novedad, según los medios de comunicación japoneses.
En palabras del diputado Koichi Hagiuda, consejero del primer ministro, Abe “estimó preferible no venir, pero sus sentimientos hacia Yasukuni y su reconocimiento a los muertos durante la guerra permanecen intactos”.
Estas conmemoraciones llegan un día después de la declaración oficial del primer ministro japonés, quien expresó su “pésame eterno” por las víctimas de la guerra y calificó de “irrevocables” las disculpas presentadas anteriormente por Japón por sus actos, en particular en el continente asiático.
– Gestos vigilados en Asia –
El jefe de gobierno conservador, cuyas declaraciones se esperaban con impaciencia en China y en las dos Coreas, también instó a eximir a las generaciones futuras de disculparse. “Japón ha expresado en reiteradas ocasiones sus sentimientos de profundo remordimiento y sus sinceras disculpas por sus actos durante la guerra”, dijo el viernes por la noche el primer ministro conservador, de 60 años. No obstante, “en Japón, más del 80% de la población nació después de la guerra”, recordó. “No debemos permitir que nuestros hijos, nietos y las generaciones futuras, que nada tienen que ver con la guerra, estén predestinadas a disculparse”, afirmó.
Aunque Estados Unidos y Reino Unido alabaron las declaraciones de Abe, sus vecinos asiáticos, que sufrieron el colonialismo japonés y las atrocidades del ejército imperial durante la primera mitad del siglo XX, reaccionaron con amargura. Corea del Norte condenó firmemente las declaraciones de Abe, en las que vio una “burla imperdonable al pueblo coreano”, mientras que Corea del Sur instó este sábado a Tokio a poner en marcha “acciones sinceras” para lograr la confianza de sus vecinos.
Filipinas, en cambio, dijo haber construido con su antiguo enemigo “una sólida amistad”. Desde la guerra, Japón “actuó con compasión”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores filipino, Albert del Rosario.
China también arremetió contra la visita de las tres ministras a Yasukuni. “Algunos políticos japoneses eligieron este día para visitar el santuario, que rememora a grandes criminales de guerra y glorifica una guerra agresiva”, indicó el ministerio chino de Exteriores este sábado. “China manifiesta su plena oposición y su fuerte descontento” por dicha visita, que “demuestra de nuevo la actitud errónea de Japón para con las cuestiones históricas”, añadió.
Hace 70 años, Hirohito habló por primera vez en radio para anunciar la rendición de Japón, pocos días después de los bombardeos nucleares estadounidenses sobre Hiroshima (6 de agosto) y Nagasaki (9 de agosto).
Siete décadas después de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, su expansión militar entre 1910 y 1945 continúa envenenando las relaciones con China y Corea del Sur, que analizan cada aniversario las declaraciones y los gestos de los políticos japoneses.