La Unión Europea (UE) acordó este lunes suspender por una semana la aplicación de nuevas sanciones contra responsables rusos y ucranianos para dar tiempo a las negociaciones de paz sobre Ucrania.
“Discutimos y adoptamos la lista (de nuevas personas sujetas a sanciones). Decidimos, para dar espacio a los esfuerzos diplomáticos, posponer su entrada en vigor hasta el lunes”, indicó la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en una conferencia de prensa al término de una reunión ministerial.
En concreto, la UE debía añadir 19 personas y 9 entidades a su lista de responsables sujetos a una prohibición de visado y la congelación de haberes.
“La última iniciativa de paz muestra que las cosas empezaron a moverse”, había asegurado poco antes el canciller francés, Laurent Fabius.
El miércoles los mandatarios de Francia, Alemania, Rusia y Ucrania tienen planeado reunirse en una cumbre “de la última oportunidad” en Minsk para hallar una solución al conflicto y evitar una escalada militar.
Según el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, “aún no es seguro” que se lleve a cabo la cumbre del miércoles en Minsk.
“Esperamos que puedan solucionarse los puntos en suspenso”, indicó Steinmeier en Bruselas en alusión a las reservas formuladas por el presidente ruso Vladimir Putin el domingo. “Pero debo repetirlo, aún no es seguro (…) queda mucho trabajo”, insistió.
El plan en discusión conserva la línea de frente actual y prevé una zona desmilitarizada de 50 a 70 km de ancho a lo largo de esta nueva línea, avalando así las conquistas territoriales de los rebeldes separatistas que lanzaron una nueva ofensiva a principios de año.
Una idea que no convence a todos. “No necesitamos sólo un alto el fuego. Necesitamos un alto el fuego duradero”, estimó Mogherini defendiendo la “integridad territorial” de Ucrania que sería vulnerada si esta nueva línea de frente se convierte en una frontera de una región autónoma.
Al terminar la reunión, el alemán Steinmeier declaró a la prensa que los ministros no discutieron eventuales entregas de armas a Kiev, un debate que comenzó en Estados Unidos, con quien la UE coordina su diplomacia desde que comenzó la crisis en Ucrania.
Steinmeier subrayó sin embargo que “si los esfuerzos actuales no tienen éxito, el conflicto se intensificará militarmente”. “Entonces, por supuesto, el tema de la entrega de armas será discutido”, puntualizó.
Por su parte, el ministro español, José Manuel García-Margallo, advirtió que “estamos en una situación extremadamente grave”, considerando un eventual acuerdo en Minsk como “el de la última oportunidad, antes de pasar a un escenario de aumento de las sanciones, con un severísimo coste para todos”.
“Hasta ahora la UE perdió en exportaciones 21.000 millones de euros. A España nos afectó enormemente en exportaciones agrícolas y en turismo”, sostuvo García-Margallo, estimando en este último rubro una pérdida de “30% en relación al año anterior”.
“La siguiente tanda de sanciones por parte de la UE sería respondida por otra tanda de sanciones por parte de Rusia que afectaría a sectores sensibles españoles”, estimó García-Margallo.
La UE se encuentra cada vez más dividida sobre las sanciones a Rusia ya que algunos de sus miembros consideran que no tienen los efectos esperados, es decir un cambio en la política del Kremlin, entre ellos Madrid o Roma, pero también París o Berlín. Otros, en particular los países Bálticos, Polonia o Gran Bretaña, abogan por nuevas sanciones contra Rusia.
El bloque comenzó a aplicar “medidas restrictivas” en marzo pasado, tras la anexión de Crimea. El derribo de un avión de línea de Malaysia Airlines sobre Ucrania los llevó en julio a imponer sanciones contra diferentes sectores económicos rusos.
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