Grecia está este miércoles casi paralizada por una huelga general contra la política de austeridad. Al respecto, el primer ministro Giorgos Papandreou trata de convencer a sus aliados europeos de que atenúen la presión sobre el país.
La medida de fuerza dejó al país sin conexiones marítimas con las islas, sin transporte ferroviario y sin buena parte del transporte urbano. El tráfico aéreo estaba también perturbado por la huelga de controladores aéreos.
La huelga general, la primera en este año después de las siete realizadas en 2010, fue convocada por las principales centrales sindicales del país, la GSEE (sector privado, un millón de adherentes) y Adedy (sector público, 350.000 adherentes), y afecta asimismo las administraciones, las oficinas públicas, los hospitales y la enseñanza.
Por su parte, respondiendo a un llamado de la Confederación Nacional de Comercio (cuestionada por otras organizaciones de comerciantes), algunas tiendas estaban cerradas por la mañana y tenían carteles que indicaban “cerrado por huelga”, pero otras funcionaban normalmente.
No había en el país noticieros de radio ni televisión, como tampoco actualización de las informaciones en los portales de internet, dado que también la Unión de Periodistas llamó a la huelga.
En Atenas, la manifestación convocada en ocasión de la huelga dio lugar a enfrentamientos entre jóvenes manifestantes y policías antidisturbios. En 2010, el gobierno griego aplicó una tajante política de austeridad (disminución de los salarios y las pensiones y aumento de los impuestos, entre otras medidas) impuesta por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a cambio de un plan de salvaguarda financiera del país.
El primer ministro Giorgos Papandreou inició el lunes en Alemania una gira europea destinada a convencer a sus aliados de que atenúen la presión sobre su país, en el marco de las discusiones en curso sobre la aplicación de un mecanismo permanente de lucha contra las crisis presupuestarias de la zona euro.
En momentos en que ciertos economistas mencionan la hipótesis de un abandono del euro por parte de Grecia (a través de la cesación de pago de su deuda soberana), la canciller alemana Angela Merkel reservó el martes su respuesta, pero recalcó que un eventual reescalonamiento del reembolso del préstamo otorgado a Grecia era objeto de “discusiones” dentro de la zona euro.