Los equipos de salvamento en Nueva Zelanda abandonaron sus intentos por rescatar a unas cien personas atrapadas bajo las ruinas de un edificio derrumbado por el terremoto de Christchurch, informó la Policía.
Fuentes del cuerpo explicaron que continuar la operación es un riesgo para el personal y no habrá supervivientes.
Entre el centenar de atrapados en la sede de la televisión local CTV hay unos veinte estudiantes japoneses que participaban en un programa de intercambio y un número indeterminado de periodistas y policías que intentaron evacuar las instalaciones justo después del sismo.
Los socorristas indicaron que no han detectado ninguna señal de vida bajo los escombros al inspeccionarlos con micrófonos de alta potencia y pequeñas cámaras de vídeo.
Previamente, una mujer fue rescatada tras permanecer casi 26 horas encajonada bajo una mesa en otro un complejo de oficinas derrumbado por el temblor que por ahora ha provocado 75 muertos confirmados.
Ann Bodkin fue recuperada por los equipos de salvamento de las ruinas del edificio PGG en Christchurch, indicó a la televisión local el alcalde de la ciudad, Bob Parker.
Parker añadió que Bodkin, ensangrentada pero que podía caminar, se fundió en un emotivo abrazo con su marido entre los vítores de la muchedumbre congregada en el lugar.
Su caso da esperanzas a las familias de las cerca de 300 personas que siguen desaparecidas por el temblor de 6,3 grados de magnitud en la escala Richter que golpeó Christchurch.
El primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, declaró el estado de emergencia nacional por la tragedia, mientras la Policía impuso el toque de queda evitar saqueos durante la noche y el riesgo a que los ciudadanos transiten las calles cuando todavía se pueden derrumbar más edificios por las réplicas del seísmo.
Los servicios de emergencia trabajan a contrarreloj para encontrar supervivientes y creen que el número de muertos aumentará en las próximas horas.
El terremoto, cuyo epicentro se ubicó a unos 4 kilómetros de profundidad, incluso causó el desprendimiento de 30 millones de toneladas de hielo de un glaciar de la Isla Sur y olas gigantes en un lago.