Cuenta África con banco de desarrollo para garantizar sostenibilidad

Abiyán, Costa de Marfil, 1 May.- El Banco Africano de Desarrollo (BAFD) es una institución financiera que tiene el ambicioso objetivo de promover un desarrollo económico sostenible para reducir la pobreza en África y para mejorar las condiciones de vida de la población local.

Este objetivo se persigue, sobre todo, a través de la financiación de proyectos de desarrollo en el ámbito de las infraestructuras. Para ello, el banco no tiene sólo miembros africanos. Se trata de una gran oportunidad para realizar inversiones -según expertos del instituto- incluso para los países latinoamericanos, líderes mundiales en el sector agroalimentario.

El BAFD es una organización que ya tiene más de 50 años de vida. Fue fundada en 1963 por 23 Estados que se habían independizado recientemente. El grupo del BAFD se completó con la creación, en 1972, del Fondo Africano de Desarrollo (ADF) y, en 1976, del Fondo Fiduciario de Nigeria (NTF).

La sede original estaba en Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil, pero en 2003 se trasladó a Túnez a causa de la guerra civil marfileña. Finalmente, volvió a Abiyán en 2014.

Desde sus inicios, el objetivo fundacional consiste en garantizar la sostenibilidad del desarrollo y el progreso social a través de la asignación de recursos que deben destinarse a los miembros regionales y con la oferta de patrocinio para proyectos que implican una o más naciones.

Entre otras funciones, la organización brinda préstamos y capital, proporciona asistencia técnica al sector público y al privado y ayuda a los países en la implementación de políticas locales. Este banco se puede definir como un gran proveedor para los gobiernos africanos y las empresas privadas de los 78 países miembros, de los cuales 53 son africanos y el resto europeos, asiáticos y americanos.

“África atrae a cada vez más empresarios privados que huyen de la crisis arraigada en Europa y el resto de Occidente. Hablamos de un continente que posee 60 por ciento de la tierra cultivable aunque inutilizada en el mundo”, explica el italiano Emanuele Santi, asesor de estrategia de BAFD.

“Un continente que posee 50 por ciento de las reservas de platino en el mundo; un continente jovencísimo, con una media de edad de 20 años; un continente que produce anualmente 10 millones de nuevos trabajadores; un continente que tiene 85 por ciento de la población en países con gobiernos estables; un continente que cada vez se aleja más del viejo concepto de lugar de miseria y hambre”, añade.

Y afirma: “Sin embargo, todavía hay incógnitas sobre este magnífico continente, que hoy tiene una brecha de infraestructuras que se estima en alrededor de 50 mil millones de dólares al año. Por desgracia, la gran mayoría de los países africanos tienen buenas conexiones casi exclusivamente con su antiguo país colonizador, mientras que faltan arterias que unan dignamente a los países vecinos. El Banco Africano de Desarrollo va en esta dirección, mediante el apoyo a proyectos destinados a la creación de una densa red de conexiones, ya sean terrestres, marítimas o aéreas”.

A este funcionario no le faltan ejemplos de lo que se ha hecho hasta ahora para el bien de las infraestructuras por parte del banco: “Estamos particularmente orgullosos del tercer puente sobre la laguna de Abiyán, un proyecto privado al que hemos dado apoyo financiando a una empresa francesa que construyó un puente con peaje, uno de los primeros en África”, dice.

Señala que “es un puente que ahora tiene un tráfico muy alto, lo que significa una alta rentabilidad. Fue muy bien recibido por la población de Abiyán, en especial por los taxistas, que se han dado cuenta de que pagando 500 francos CFA (unos 15 pesos) ahorran tiempo y gasolina para llegar a algunos puntos importantes de la ciudad”.

El Consejo de Gobernadores es el órgano principal del BAFD. Cada Estado miembro tiene un representante en el Consejo y una cuota de votos proporcional a las acciones que posea. Ningún miembro o grupo de miembros tiene poder de veto y por lo general las decisiones del Consejo se toman por consenso.

El órgano tiene competencia exclusiva para aumentar el capital, para la admisión de nuevos miembros, para hacer modificaciones del acuerdo fundacional y para elegir al presidente y al Consejo de Administración.

El Consejo de Administración juega un papel más operativo y está formado por 18 miembros -12 de los cuales pertenecientes a los países miembros africanos y seis a los Estados no africanos- que obtienen un mandato de tres años renovable una sola vez.

El presidente es elegido en el Consejo de Gobernadores, según las recomendaciones del Consejo de Administración, y es el representante legal del banco y su director ejecutivo. El actual presidente es el nigeriano Akimwumi Adesina, agrónomo de formación, que ya era ministro de Agricultura y Desarrollo Rural en el anterior gobierno encabezado por Goodluck Jonathan.

Argentina y Brasil son los dos únicos países de América Latina que son miembros del banco. Gracias a su liderazgo global en el sector agroalimentario, los países de América Latina tienen todo lo necesario para jugar un papel clave dentro de la institución y, en general, con sus propias empresas privadas en los mercados africanos.

El Banco Africano de Desarrollo funciona de una manera similar al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Los proyectos de infraestructuras suelen tener tempos muy largos, que van de los 20 a los 30 años. Son unos tempos que el mercado privado no puede sostener debido a los altos niveles de riesgo.

“Pero quiero recordar que el banco no actúa sólo en el ámbito de las infraestructuras”, refiere Fernando Ledo Casablancas, representante de Argentina en el BAFD.

“Las necesidades y las peculiaridades del desarrollo agrícola de muchas regiones de África generan continuamente buenas oportunidades para los países y las empresas privadas de América Latina. Aquí es muy útil la tecnología desarrollada por países como Brasil y Argentina, maestros en el campo agroalimentario, ya que están especializados en la producción de semillas y fertilizantes”, apunta.

“Muchos de nuestros países tienen fuertes similitudes con los de África en términos de clima y composición de la tierra y, por lo tanto, varias de nuestras empresas, que en casa no encuentran suficientes oportunidades económicas, deberían pensar en África para hacer negocios”, agrega Ledo Casablancas.

Y advierte: “Colosos como China y la India, con mucha experiencia en sus países como grandes productores agroalimentarios, ya se han adjudicado importantes espacios dentro del banco y cada vez más inversores de estos dos países recalan en África. Creemos que América Latina merece un lugar protagonista, un camino que hace tiempo que Brasil y Argentina están siguiendo”. (Notimex)

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