Buenos Aires, 23 Mar.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se negó hoy a hacer una autocrítica del financiamiento y apoyo político que ese país brindó a las dictaduras latinoamericanas que dejaron a miles de víctimas en los años 70.
Obama fue cuestionado durante la rueda de prensa que ofreció en Buenos Aires junto con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, al término de la reunión bilateral que mantuvieron en la Casa Rosada.
Incómodo, el presidente estadunidense suspiró antes de dar una larga respuesta en la que no quiso asumir el rol central que tuvo Estados Unidos para que en la región hubiera gobiernos militares que asesinaron, torturaron y desaparecieron a decenas de miles de personas.
“En los años 70, el reconocimiento de los derechos humanos, en nuestro enfoque, era tan importante como el hecho de luchar contra el comunismo, eso se tornó en un tema mucho más importante para la política exterior, ya fuera en administraciones republicanas o demócratas”, aseguró.
Sin embargo, al amparo de Estados Unidos las dictaduras latinoamericanas cometieron múltiples violaciones de derechos humanos que, al ser consideradas como delitos de lesa humanidad, no preescribieron para poder ser juzgadas.
Ello ha permitido, por ejemplo, que tribunales argentinos hayan condenado a más de 600 represores, lo que se ha convertido en uno de los principales logros alcanzados por los organismos de derechos humanos del país sudamericano.
El presidente no logró evitar el tema porque su viaje coincidió, precisamente, con el 40 aniversario del último golpe militar sufrido en Argentina, que se conmemorará mañana con una histórica marcha en la Plaza de Mayo.
Para aplacar la polémica que provocó la coincidencia de una fecha tan dolorosa para los argentinos y de su gira, Obama autorizó la apertura de archivos clasificados de la última dictadura argentina.
Sin entrar en detalles ni en autocríticas, Obama consideró que si se compara la política exterior de Estados Unidos, es evidente que ha habido cambios positivos para impulsar y defender el respeto a los derechos humanos.
En un afán de mostrarse conciliador, el presidente recordó que mañana acudirá al Parque de la Memoria para homenajear a las víctimas de la dictadura que gobernó de 1976 a 1983, aunque ningún representante de derechos humanos de Argentina quiso acompañarlo en el acto. (Notimex)